Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista

jueves, 1 de mayo de 2014

“Vemos un declive de la influencia unilateral del imperialismo a nivel global”


ENTREVISTA PABLO PEREYRA, SECRETARIO GENERAL DEL PCCE


 La situación internacional y latinoamericana, el contexto nacional tras la extorsión policial y el liderazgo de Cristina, son los elementos principales de la entrevista a Pablo Pereyra, Secretario General del PCCE. También balancea su participación en el Congreso del PCdoB, incorporando conceptos de enorme validez para nuestra militancia.
Ya sobre el fin de año, y después de la última reunión de Comité Central, concretamos la entrevista con el compañero Pablo. En un contexto de balance del 2013, repasamos algunos de los ejes principales de su Informe presentado ante la dirección del Partido.

-¿Cuál es, a tu entender, el elemento más destacado de la actual coyuntura internacional?

Decíamos en el último Central que por primera vez desde la desintegración de la Unión Soviética, se logró poner un freno al ciclo de intervenciones militares de los Estados Unidos. A partir de la acción de los BRICS fundamentalmente, y junto al resto de los países que impulsan la multilateralidad, se impidió la invasión, por lo menos por ahora, a Siria. No es un dato menor. Veníamos hablando de la lógica que ejerce el imperialismo para imponer su hegemonía neoliberal y mantener así su dominio militar y económico a nivel global. Advertíamos de que si lograban avanzar sobre Siria después podría venir Irán. Y probablemente, no es hacer futurología, vendrían después por Venezuela y la Argentina. A partir de la intervención de Rusia y China al frente de los BRICS, con Argentina jugando un rol destacado en el G-20, se logra detener una nueva aventura militar. Esto se consolida a partir del acuerdo con Siria para el desmantelamiento de su arsenal químico, que era la excusa sostenida por los yanquis para una agresión.

-¿Es un cambio en la correlación de fuerzas?

Esto lo que está marcando es un declive de la influencia unilateral del imperialismo a nivel global, aunque no es un proceso que pueda considerarse definitivo. Es un declive que puede detenerse o puede seguir profundizándose. Una encuesta reciente realizada por los mismos norteamericanos sostiene que el 53% de la población de los Estados Unidos piensa que perdieron peso a nivel internacional, frente un 20% que lo veía así en 2004. Un 70% cree que son menos respetados que antes, y un 52% plantea que no deberían inmiscuirse en los asuntos internos de otros países. Esto es un reflejo de cómo impactan al interior de los Estados Unidos la crisis económica y financiera en la que están sumidos, así como también los crecientes cuestionamientos hacia su política guerrerista, que empiezan a condicionar el sentido de sus decisiones. Observamos que también en el terreno militar la influencia de los Estados Unidos hoy está retrocediendo. Esto no significa que estamos ante un proceso donde la actitud del imperialismo va a ser distinta de la que tuvo hasta ahora. Todo lo contrario. El imperio herido es aún más peligroso.

-En este marco ¿cómo evaluás el escenario latinoamericano?

Una de las alternativas que promueven los yanquis es superar la crisis con nuevas guerras. Su intención es la de intervenir en otras regiones, por eso percibimos una mayor agresividad por parte del imperialismo en América Latina. Principalmente en Venezuela, en Argentina y en Brasil, donde hay, en distintas escalas, procesos de desestabilización en marcha. En Venezuela en particular, debemos destacar las medidas que fue adoptando Maduro para hacer frente a las corridas devaluatorias, fuga de divisas, intentos de escalada inflacionaria, desabastecimiento, sabotajes a las redes de energía y provocaciones de distinto tipo. Todo esto fue acompañado por un rol preponderante de los medios de comunicación como propaladores de todas estas acciones en el sentido común. Por eso valoramos la importancia del triunfo del chavismo el pasado 8 de diciembre, que fue contundente.

-Recientemente nos hablaste de un ciclo desestabilizador.

Aunque en menor escala, es un método con elementos comunes al que buscan instalar en la Argentina y también en Brasil. A esto hay que agregarle la situación que atravesamos en nuestro país con la extorsión de las fuerzas de seguridad y policías provinciales. Nosotros desde hace algunos años, en particular desde el intento de golpe contra Correa, advertimos que el principal rol desestabilizador en América Latina iba a provenir de las fuerzas de seguridad por sobre las fuerzas armadas. Por el papel que viene jugando el imperialismo desde los ‘80 en la formación de camadas que hoy integran las distintas fuerzas de seguridad, tanto prefectura, gendarmería, policía federal, como las policías provinciales. Formación que todavía dirigen en varios países, entre ellos El Salvador. Lo que era la Escuela de las Américas la subdividieron en distintas escuelas, donde siguen formando cuadros de las policías y fuerzas de seguridad. Podríamos afirmar que el rol que juegan hoy las fuerzas de seguridad en la desestabilización en América Latina, es el rol que asumían en los ’70 las fuerzas armadas. Por eso hay que prestar atención a estos hechos que se están generando.

-¿Cómo analizás el desenlace de estos últimos acontecimientos en nuestro país?

Nuevamente se impuso la firmeza de nuestro gobierno, en este caso frente a la asonada policial. Llamaron a las cosas por su nombre e identificaron rápidamente a quienes promovían el caos. Pero en mi opinión, fue determinante la masiva movilización del 10 de diciembre, en un contexto donde se pretendía infundir miedo y psicosis en nuestro pueblo. Cientos de miles confluyeron en Plaza de Mayo para ratificar su respaldo a Cristina y al Proyecto Nacional frente a los intentos de poner en riesgo la gobernabilidad en la Argentina. En ese momento Cristina plantea con contundencia la necesidad de democratizar a las fuerzas de seguridad, de iniciar una profunda transformación. Esto es una constante de estos años: se presentan las condiciones objetivas, y la decisión es la de avanzar a fondo. Sin tibieza ni voluntarismo. Así se planteó también en otras circunstancias. Se inicia entonces una campaña para instalar el debate en torno a una Ley de Seguridad Democrática. Así como logramos tener una nueva Ley de Defensa, que comenzó un fuerte proceso de renovación en las Fuerzas Armadas, ahora llegó el momento de las fuerzas de seguridad, en especial las provinciales. 

-¿Y cuál es tu opinión del momento actual en nuestro país?

En la medida que Cristina afirme su liderazgo excluyente, se muestre con solidez frente a los ataques del poder real y conserve la iniciativa política, van a ser más agresivos los intentos desestabilizadores de la derecha. Tras el 27 de octubre se prepararon para un festejo eufórico que finalmente les duró dos días, al conocerse el fallo que confirmó la Ley de Medios. Luego vuelve Cristina recuperada de la intervención quirúrgica y con un videíto, como se lamenta Van Der Kooy, con un perrito, Simón, y con un pingüinito, los desparrama otra vez. En este marco, los cambios en el gabinete los entendemos en la forma que los presentó la Presidenta, para defender y profundizar el Proyecto Nacional y Popular. La derecha muestra cierta desesperación e impotencia para dar la disputa en el terreno de la confrontación política. Por eso reacciona de esta manera y se lanza a producir un quiebre institucional.

-Participaste en noviembre del Congreso del PCdoB. ¿Cuál fue tu impresión?

Dimos una opinión en el Comité Central, evidentemente fue un acontecimiento significativo. Participaron más de 800 delegados nacionales y más de 50 presencias internacionales. El 13 Congreso mostró a un Partido con 340 mil afiliados y 110 mil militantes, 25 legisladores nacionales (senadores y diputados), ministros, intendentes y una presencia en 2300 municipios de los 26 estados. Se proponen disputar el próximo año la gobernación de Maranhão. Quiero decir que vimos una fuerza muy afirmada en el escenario político brasilero y en el marco del movimiento de los partidos comunistas. Aún así, una de sus resoluciones principales habla de situar la construcción partidaria en un escalón superior, con un mayor desarrollo político, organizativo e ideológico. Vimos también un fuerte vínculo con el PT y con Dilma, quien tuvo palabras muy elogiosas hacia los compañeros. De hecho José Dirceu, luego de ser detenido en una clara maniobra desestabilizadora de la Corte Suprema, agradeció el respaldo del Partido, que fue el primero en repudiar el hecho en aquellas circunstancias. Dirceu le hace llegar un mensaje a Renato Rabelo, diciéndole que “más que nunca se sentía militante del PCdoB”. Eso fue muy importante también.

-¿Respecto a la línea del PCdoB, que podés mencionar?

En las tesis que elaboran para el 13 Congreso, ratifican cuáles son las tres fuentes principales de acumulación de fuerzas: la lucha política (con objetivos concretos en términos de presencia institucional y desarrollo electoral); lucha social, que es el rol de los comunistas en los movimientos de masas; y lucha de ideas, que orientan principalmente hacia la fundamentación y divulgación de las conquistas logradas durante los últimos años. Esto es, la defensa del Nuevo Proyecto Nacional de Desarrollo, el camino abierto con la llegada de Lula en 2003. Con un rumbo específico, que es la lucha por el socialismo en las nuevas condiciones históricas. Por eso considero que fue un éxito, y vemos además una enorme sintonía con nuestro enfoque aquí en la Argentina.


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