Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista

domingo, 24 de julio de 2016

Mercedes Sosa: La Voz, por Cristina Castello


Con su cara de india, está sentada en el living de su departamento de Carlos Pellegrini y  Arroyo. De todos los colores -matices- que tiene, es el de artista, el predominante. Le cuesta-se niega, a hablar de su vida, privadísima;  intenta escapar a las preguntas más íntimas... quiere escabullirse y finalmente, no puede. Y me cuenta.
         Ambos codos sobre las rodillas, por un rato escucha su último disco, en una ceremonia compartida, de silencio. María, su mucama, trae café,  La Negra  lo sirve, lo azucara.y hasta lo revuelve. Canta –me canta- un fragmento de "Mi madre y María”, ¡qué privilegio!;  no fuma, pero ofrece cigarrillos, que tiene en su casa, por si algún amigo necesita. Es otro de sus colores: el del homenaje.
         Los otros colores son un arco iris, con algún gris. Como el de la miseria que vivió en su niñez de guisos asopados, comidos en la oscuridad porque no había dinero para la luz; o como haber sido malamada alguna vez. La Negra, toda entera aquí –como nunca- tan rabiosa con la muerte, como curiosa; aterrada por los aviones y sin miedo a la velocidad (C.C.)

- ¿Tiene un auto que habla y vuela?
- Sí, (se divierte), dice cosas como: "Soy su ordenador de a bordo", y da indicaciones y se maneja solo... yo llevo el volante, nada más.
 - Y aprieta el acelerador, a fondo...
- No, no.... (con cara de "yo no fui")... me gusta manejar porque me da independencia, pero voy a velocidad... digamos, normal.
 - A 200 kilómetros por hora...
- Ah, no, no... ¡A eso no se lo digo! Le digo todo, le hablo de lo que quiera... pero de eso... ¡No! (se ríe)¿No ve que los policías van a esperar que aparezca, para hacerme la boleta?
 - También hace otras travesuras, se le ve en la cara...
- No…¡ninguna!...sólo observo a las personas, y no critico.
- ¡Vamos!... Cuente, cuente, ¿cuáles son sus picardías?
 - ¡No, no! (muerta de risa).... ¡eso era antes!. Cuando vivía en Francia, hacía notas y daba mal los datos de dónde vivía y de dónde era: les contaba todo cambiado... ¡hacía cada cosa yo!
- Como los chicos, y ahora está rodeada de rockeros... Se los asocia al consumo de drogas, ¿es injusto?
- ¡Ah!... yo fumé hachís, ¿eh?... ¡yo también fumé hachís!
 - ¿Fumó con ellos?
- No... ¡querida, no!... Fumé en Europa, dos veces, y no seguí porque me hacía mal a la garganta. Pero, vea... en eso de la droga -que es una cárcel- no se puede ayudar: cada uno tiene que salir solito, con su fuerza, su entereza y  como pueda. Pero en esto... usted sabe, hay demasiada crítica y demasiados deditos moviéndose (enojada, hace gestos con el  índice, acusador). Mire, hija... no se puede denigrar así a la gente, porque vivir es muy difícil, muy difícil. 
 -También a Maradona hay deditos que lo culpan...
- Sí, porque la gente tiene dos fijaciones con él -la droga y cuánta plata tiene- y por eso, por televisión, yo le dije: "¡levantate, no te dejes caer!".  Pero... hay que reconocer que a veces se equivoca... por ejemplo, en eso de que quiere que los nietos coman caviar... ¡Qué caviar, ni ostras, ni foie grass! Lo importante, acá, es que las personas  coman.
- Muchos explican esas actitudes de Diego en su origen humilde...
- Mire, nosotros hemos comido trigo con sal... ¡nada más!... y de pura miseria, pero mi mamá decía: "esta noche, pavo", y todos nos reíamos. Porque lo más importante es que comíamos al menos “algo”, y el amor con que lo comíamos, en familia.
 - Pudo mantener cierto equilibrio...
- "Cierto" equilibrio, sí, pero nada más que “cierto” (ríe)... bueno, tampoco fumé tanto hachís, ¿no? 

-¿Por qué apuntala a los roqueros? 

- No, no se confunda: yo no los apuntalo, porque ellos son artistas e hicieron su camino. Un camino diferente del que empezó después de los 70, cuando bajaron los decibeles de la  verdadera poesía, porque perseguían a la gente. Lo único que hice yo, fue cantarles las canciones: porque  son muy bellas y porque tienen vida propia. Piense en "Vengo a ofrecer mi corazón" y "Parte del aire", de Fito (Páez), o en las de Charly (García), como "Inconsciente colectivo", "De mí", o su más hermosa canción:  "Cuando ya me empiece a quedar solo"...(Mercedes canta).
  - ¿Se siente un poco madre de todos?
- Sí, pero no sólo de Fito y de Charly: de todos. Pero eso sí:  amigos, amigos, son León (Gieco) y Víctor (Heredia):  son como de la familia.  
- Su lado flaco es Charly, ¿no?
- ¡Sí, sí! No quiero que los otros se sientan mal, pero yo...¡lo adoro!, y tengo admiración por su música. Me me invitó a su último cumpleaños y yo no pude ir, pero ahora le digo: "gracias, querido, te quiero, te quiero"; vea... conocer a Charly fue un acontecimiento ¡tan grande para mí! como cuando conocí a Milton (Nascimento).
 - No nombró al Flaco (Luis Alberto) Spinetta, ¿por qué?
- ¿No lo nombré, no?  Es que Spinetta tiene ¡cada cosa!... en  mi último disco, yo quería  grabarle  "Barro tal vez", pero él no quiso. Van dos veces  que me deja con la canción preparada. 
 - Aquello que dijo del amor de su familia, ¿es ella su sustento de amor?
- Si querida, yo tenía que pedir medias prestadas, si se me rompían antes de fin de mes, mientras mi padre trabajaba en la chimenea -el peor lugar- del Ingenio Guzmán, con cuarenta grados de calor. Aquello era miseria verdadera, y era muy duro,muy duro... Pero también teníamos otras cosas hermosas, que yo traigo conmigo desde mi infancia.  
- ¿Qué aromas y que imágenes conserva de entonces?
(No duda) La imagen de mi madre, fritando las empanadas y sacándose la comida de la boca, para nosotros, y el aroma de la  "sopa picada"  de mi abuela Genoveva. Era un guiso asopado y lo comíamos en la oscuridad, porque no había luz.
 - Ruido a sopa, abuela y penumbra… poético, si no fuera por la pobreza...
- Pero en aquellos instantes yo no pensaba en la pobreza. Me parecía tan grande la casa de la abuela... y era tan chica; pero lo más lindo era cuando aparecía aquella luna, que iluminaba nuestras caras, y las cucharadas de sopa. ¡Ah!, y el aroma de las naranjas  tucumanas... ¡yo conozco las naranjas de mi tierra! Son las tangarinas, mezcla de naranja con lima. ¡María!.. .(llama a la mucama)...tráigame una naranja, para que la periodista sepa lo que es bueno... (en un diálogo amoroso con la naranja, Mercedes la pela  y la corta, y en un homenaje entrañable conmigo, Mercedes me entrega su tesoro).
 - Parece feliz, pero usted tiene llanto adentro, ¿por qué? 
 - Por los muertos queridos, como mi hermana Chocha, y porque tuve condecoraciones de las embajadas, y me sigue la clase media, pero no pude llegar a la gente del pueblo, por quienes luché toda mi vida.  No sé...me tendrán desconfianza, porque vivo acá, pero...¿sabe?...Me gustaría que me dieran la oportunidad.      
- ¿Tiene muchos abrazos contenidos, para ellos?
 - Sí...porque, desde chica, supe que nací para dar. Además...es terrible y doloroso que no me acepten, porque yo sé lo que son las carencias. Es cierto que recuerdo mi felicidad -de chiquita y    camino a la escuela- en las hamacas del Parque 9 de Julio, en Tucumán; pero ahí llegaba después de sufrir  las ondulaciones del vapor, por el calor... ¡era tremendo!...pero no había plata para el ómnibus.  ¿Por qué me rechazan, entonces? Si yo pasé lo mismo que ellos...y no soy rubia, ni de ojos celestes: soy gorda, retacona y pelo lacio...¡como ellos, también en eso!
 - Sus años no tienen ni una cana...
- No, porque me las tiño...¡querida!, porque mi hijo quiere, porque yo detesto el culto que se rinde a la juventud eterna.
 - ¿No se haría un lifting?
- No, pero sólo porque para eso hay anestesia y tienen que entubar; correría peligro mi voz.
 - ¿Cómo es su relación con el cuerpo?
- ¡Mala y de mucha angustia!
 - ¿No aprendió a aceptarse, a mirarse en el espejo y verse hermosa?
- No me veo hermosa...¡me veo gorda! Y no estoy enferma anoréxica, como para pensar que estoy gorda, siendo flaca. ¡No!... yo "soy" gorda...¿o por qué se cree que uso ropa suelta, desde jovencita?
 -En el escenario baila...¿allí no la angustia el cuerpo?
- No,vea....la primera vez que me ocurrió, fue en Amiens (Francia). Me largué con todo, con "Pollerita", tiré el bombo y la carpeta y empecé. ¡No sabe cómo aplaudían los franceses -de pie- y cómo gritaban!(se entusiasma).       

  - Se le soltaron los pájaros de adentro...

- Sí, para exorcizar todos los males. Después seguí con la danza acá y a todos les gusta. "¡Dale, Negra, bailá!", le gritan a este tótem que soy yo. Es que el baile  es para todos los cuerpos, y no sólo para los flacos (danza con las manos) 
-¿Se casó con un talleiur negro para parecer más delgada?
- No...fue porque no tenía plata para comprarme  un vestido. Pero, total, en aquella época no se usaba acostarse con el novio, así que no importó el color. Mire cómo eran los hombres...no se acostaban con las novias, sino  con otras, y -en vez de agradecerles- les decían putas...¡qué tarados! Ah...y en aquella época yo era flaca.
- Diga la verdad: dieta, pero rigurosa,¿hizo alguna vez?
- ¡Puf!  Muchísimas veces, y ahora,  como nada más que verduras y algún poco de carne, porque para cantar necesito proteínas, pero...¡nada!... me cuesta muchísimo bajar.  Porque tengo hipotiroidismo, y asimilo hasta el aire. Fíjese...antes pensé que era el vino, pero dejé de tomar en abril, y sigo igual.
-¿Tomaba mucho alcohol?
- No, en Europa llegué a los siete whiskies, pero paré; y hasta abril, tomaba vino blanco seco con las comidas...no mucho, no se crea,  y muy despacio, pero ahora: ni una gota.
- Lástima...adiós a la ceremonia del vino…
- Sí, una ceremonia que me causaba una gastritis impresionante. Ahora tomo agua mineral.
- Sueñe: ¿qué comería si no engordara?
(Intenta parecer indiferente) Las empanadas… ¡las de pollo que hace mi cuñada, sopa y puchero y fideos y polenta y guisos, bueno… como  todo el mundo, ¿no?
- Lo mejor para adelgazar suele ser enamorarse y verse lind, ¿cuando estuvo en pareja era gordita?
- No, no era gordita, era gorda.