Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista

martes, 25 de octubre de 2016

EL CAMINO ES ORGANIZAR: Hacia una nueva mayoría



Editorial de "Nuestra Palabra", periódico del Partido Comunista Congreso Extraordinario
El impacto del neoliberalismo sobre las condiciones de vida de millones de compatriotas es devastador por sus alcances económicos y sociales, su profundidad, y en muchos casos porque el daño producido tiene efectos irreversibles. En sólo 9 meses, el consumo de carne cayó un 8,7 por ciento. Una caída idéntica (entre 7 y 8 por ciento) experimentó el consumo de leche durante el primer semestre de 2016. Vamos a tener en la Argentina nuevas generaciones de chicos sin los valores nutricionales necesarios, algo que fue posible evitar durante los últimos años gracias a la Asignación Universal por Hijo. Para el ministro de Educación Esteban Bullrich, “a un pibe le podés dar un plan social, pero esa plata la va a usar para comprar balas”. Es el mismo que habló de un “sistema de educación pública diseñado para hacer chorizos” y el que convocó a una nueva Campaña del Desierto.
Existe una porción de la sociedad que celebra este tipo de conceptos, o aplaude los insultos de Lanata a Cristina y sobre esa base impugna todos y cada uno de los derechos conquistados durante la década ganada. A ese segmento le habla el gobierno, mete fichas, exacerba la violencia y busca diferentes tipos de reacción para enrarecer la construcción política. Pero con ese odio propalado no resuelven el drama de quienes perdieron el laburo, de aquellos que no pueden afrontar el aumento descomunal de los servicios públicos o de los que ven mermados mes a mes sus salarios y jubilaciones. Son necesarios los argumentos, las ideas y el esclarecimiento respecto de lo que fuimos hasta diciembre, y lo que somos hoy. Debemos explicar el porqué de la caída en las ventas por el Día de la Madre, las consecuencias del colosal endeudamiento externo de 30 mil millones de dólares en 10 meses de gobierno, y los efectos de una reprimarización de la economía acompañada por una avalancha de importaciones de productos manufacturados.
Una encuesta reciente revela que un 55 por ciento de la población respalda la convocatoria a un paro general contra el gobierno. Esto se da en el contexto de un retroceso sostenido de la imagen de Mauricio Macri, y un malestar creciente por la actitud cómplice y funcional a la derecha de un sector de la dirigencia sindical, de la CGT en particular. Por eso Cristina advierte sobre la necesidad de construir representación política abajo, en las fábricas y empresas, en los barrios, colegios y universidades, con la proa dirigida al surgimiento de una nueva mayoría. Lejos de ser una consigna, describe como sólo ella puede hacerlo el camino que debemos recorrer para acumular las fuerzas necesarias que nos permitan construir ese Frente Nacional, Popular y Democrático. No será un sendero pavimentado, en especial por la coyuntura histórico-concreta de nuestro país. “El neoliberalismo, como una forma superior del capitalismo, ha trabajado creando subjetividades, creando sentido común en amplios sectores de la población”, afirmó CFK semanas atrás en la Universidad de Quilmes.
La lucha contra la política del imperialismo es de carácter global y es liderada por el accionar de aquellos países que empujan la transición hacia un mundo multipolar. Días atrás se congregaron en la India las naciones que integran el BRICS, dándole un nuevo impulso a los esfuerzos por configurar un orden internacional justo donde se preserve la paz mundial. Resulta cada día más decisivo el papel de la Federación Rusa y la República Popular China en la búsqueda de estos objetivos, en un contexto de agudización de la guerra en Siria, que los yanquis quieren utilizar para desatar un conflicto armado de alcances mayores y con consecuencias imprevisibles.
América Latina es otro de los escenarios en disputa, y esa disputa se va a resolver en las calles. Con avances y retrocesos, no cede la disposición de lucha de quienes defienden las conquistas alcanzadas, ya sea porque buscamos recuperar lo arrebatado o, aquellos que pudieron conservar el gobierno, para ir por más. El imperialismo advierte los peligros y por eso busca encarcelar a Lula en el Brasil y a Cristina en nuestro país.
La movilización popular se extiende en la Argentina impulsada por los estragos del neoliberalismo, que todo lo pudre y todo lo descompone. El cierre de esta edición coincide con el llamado a un paro nacional de Mujeres y una nueva concentración por NI UNA MENOS frente al crecimiento apabullante de la violencia de género en nuestro país, en un contexto de profundización de la crisis económica y social. El gobierno responde con represión a quienes levantan la voz (como sucedió en Rosario semanas atrás) y desmantelando áreas sensibles del Estado que durante los últimos 12 años abordaron con decisión la protección de los derechos civiles de las mujeres. Hay que luchar y enmarcar esta lucha en el camino para lograr el retorno del proyecto nacional y popular, único escenario donde podremos afrontar y revertir este flagelo desgarrador y lacerante.

domingo, 16 de octubre de 2016

EN CAÍDA LIBRE Una crisis sin fondo

EN CAÍDA LIBRE

Una crisis sin fondo

Bastaron unos pocos meses para asistir (una vez más) al descalabro económico y social producido por el neoliberalismo en nuestro país. Así como en los ’90, aunque en un periodo mucho más breve, nuevamente pasó la langosta por la Argentina. El contraste con el pasado reciente (signado por los gobiernos de Néstor y Cristina) es tan estruendoso, que requiere una fina manipulación desarrollada por los medios masivos de comunicación con el objetivo de alterar la conciencia de millones de compatriotas, debilitar la memoria histórica y pretender explicar el desastre actual en función de la “herencia” recibida.
El ejemplo más cercano es el dibujo presentado por el INDEC sobre los datos de pobreza e indigencia. El anuncio de una cifra burdamente sobredimensionada (para simular luego una baja) y con fines electorales, vino acompañado de una absurda ocurrencia del ingeniero Macri: “a partir de ahora acepto ser evaluado”. Lo cierto es que la devaluación del 60 por ciento de nuestra moneda, una inflación que anualizada alcanzará los 50 puntos, la pérdida de un 15 por ciento en el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones, los tarifazos, los más de 400 mil despidos de trabajadores formales en los sectores público y privado y el desmantelamiento de todo el entramado de políticas de inclusión social han generado, de diciembre a esta parte, 1,5 millones de nuevos pobres en nuestro país.
Mientras los CEOs se golpeaban el pecho por la pobreza de los argentinos, concluía la auditoría que luego de 10 años volvió a hacer el Fondo Monetario Internacional sobre la economía de nuestro país. Los mensajes de amor a la gestión PRO ensalzan una sucesión demoledora de novedades económicas que pintan un panorama verdaderamente desolador. La única preocupación social que supera al devenir de la economía es la inseguridad, hoy en franco desmadre. Clarín la utiliza para desdibujar el ajuste y batir el parche de la represión.
En el mes de agosto se produjo una fuerte caída (del 7,4 por ciento) en el consumo de productos masivos. También en agosto cayó la actividad industrial un 4,4 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, y la actividad económica en general retrocedió un 3,4 por ciento. Un estudio reciente reveló que el 84 por ciento de las PyMES redujeron sus ventas en lo que va del 2016, explicado entre otros factores por el incremento de las importaciones de productos finales en detrimento del segmento de máquinas para la producción (o bienes de capital). En síntesis, esta es la recuperación de la que nos habla la cadena nacional (esta sí de 24 horas) de medios públicos y privados.
En este contexto de agudización de la coyuntura económica y social, resulta irrisorio el culebrón generado entre la CGT unificada y el gobierno nacional por el supuesto bono de fin de año y la exención de ganancias sobre el medio aguinaldo. En este aspecto, creemos que la Marcha Federal trazó un camino y levantó un conjunto de reivindicaciones (en particular la reapertura de paritarias y el rechazo al tarifazo) que debe ser el elemento común que unifique el accionar de todas las centrales sindicales y se exprese en un contundente paro nacional contra la restauración del neoliberalismo en nuestra Patria. Así lo reclaman con creciente fuerza las bases de un sinfín de gremios que atraviesan a todo el movimiento sindical.
El enemigo tiene grandes dificultades para sostener, con un grado de consenso, sus políticas de ajuste. Este comienza a ser un problema de proporciones de cara a las elecciones legislativas del próximo año. Las variantes y combinaciones que van ensayando (más puras de Cambiemos, mezcladas con el “progresismo” neoliberal de Stolbizer, o las que ofrece el sector domesticado del PJ) tienden todas a disputarse el mismo universo social, que se achica de forma sostenida. Tras diez meses de gobierno, sólo un 30 por ciento de la población se considera oficialista, mientras que el 45 por ciento se ubica en la oposición.
El problema mayor para la derecha tiene nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner. A pesar de los ataques y agresiones permanentes, sigue creciendo su imagen en la consideración popular. De hecho, diferentes encuestas la ubican siempre al frente en el marco de una contienda electoral.
Lo principal sigue siendo el objetivo organizativo, aquello que los comunistas denominamos factor subjetivo. En ese terreno, coexisten diferentes planos de unidad entre sectores y fuerzas heterogéneas que enfrentan un enemigo común, que se identifican con las conquistas alcanzadas durante los últimos 12 años y que deben amalgamarse en el marco de un gran Frente Nacional, Popular y Democrático. Sobre eso machaca Cristina, nuestra conductora. Construir desde abajo, dar la batalla de ideas, esclarecer y desmontar los enfoques reaccionarios que se instalan en el sentido común de las grandes mayorías. La decisión de volver parte de un requisito esencial: construir la fuerza política frentista que nos permita retomar el camino de transformaciones, avanzar hacia cambios estructurales y estar en condiciones de defenderlos en todos los escenarios.