Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista

sábado, 27 de junio de 2015

ASEGURAR LA VICTORIA

  En primera vuelta

La definición de las candidaturas del Frente para la Victoria oficializadas el pasado 20 de junio, incluida la fórmula presidencial, expresó -con la fuerza de una tromba- el peso determinante de Cristina en el escenario político nacional actual y futuro. Nuevamente hegemonizó el control de los tiempos políticos con absoluta audacia y sorpresa para el enemigo. Desde la decisión de consagrar al binomio Scioli-Zannini (que nos acerca a la posibilidad de un triunfo en primera vuelta y afirma la vocación de profundizar el rumbo) hasta el diseño minucioso de las cabezas de listas de legisladores nacionales, provinciales, municipales y al Parlasur. En ese marco se destaca la presencia de Máximo Kirchner encabezando la nómina de diputados nacionales por la Provincia de Santa Cruz. No existen antecedentes en estos años de semejante prevalencia del núcleo principal de la Presidenta en los lugares de mayor importancia estratégica de la compleja ingeniería electoral. La designación de Carlos Zannini como compañero de fórmula de Daniel Scioli produjo un verdadero impacto por sus contenidos y proyección. La vasta trayectoria militante del Secretario de Legal y Técnica nos exime de cualquier redundancia. En ausencia de Cristina al frente del Ejecutivo, contaremos con una sólida representación institucional consecuente con la defensa del Proyecto Nacional.Despejado el proceso de definiciones de alianzas y candidatos, podemos afirmar que el Frente para la Victoria es el polo que expresa y representa a un amplio espectro de sectores políticos, económicos y sociales que parten de una condición principal: impedir cualquier intento de retorno al neoliberalismo. El rol excluyente de Cristina como conductora de un extenso movimiento de masas (que excede al FpV) es lo que nos afirma en la convicción de que estamos bien pertrechados políticamente para confrontar y derrotar a quienes pretenden volver a los ’90. Ahí está el eje de lo que se juega en esta elección presidencial. Enfrente están los que se disponen a liquidar Aerolíneas Argentinas y proponen pagarle al contado a los buitres; los que quieren reprivatizar los aportes de los trabajadores y volver a la timba de las AFJP; los que no necesitan una YPF nacionalizada para una nación dependiente. Aunque jueguen con las palabras, están los que añoran los tiempos del patio trasero latinoamericano, el aislamiento de Cuba Socialista y las relaciones carnales con los Estados Unidos; los nostálgicos del ajuste, del nefasto FMI que hoy insiste en desangrar a Grecia, los que saben que todo esto no pasa sin represión.Llegó el momento de afrontar la campaña electoral y debemos hacerlo con decisión, con argumentos políticos, con un balance a favor que no reconoce precedentes. Es en este contexto que los comunistas reafirmamos nuestro compromiso y participación en las nóminas de candidatos del Frente para la Victoria. Entre ellos, el compañero Pablo Pereyra, Secretario General del PCCE, integra la lista de diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires. También formamos parte de la nómina de candidatos al Parlasur, de las listas de diputados y senadores Provinciales (Bs. As.) y de las listas de concejales en municipios del conurbano bonaerense. Con el objetivo prioritario de alcanzar un triunfo en primera vuelta y garantizar la defensa y profundización de lo conquistado, los comunistas haremos todos nuestros esfuerzos, sin vacilaciones, sin oportunismos y siempre junto a Cristina. Así ha sido desde el 25 de mayo de 2003, cuando decidimos no ser neutrales y ponerle el cuerpo a la disputa entre dos proyectos de país.

Editorial de "Nuestra Palabra", Periódico del PCCE
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miércoles, 24 de junio de 2015

“La liberación de un pueblo y una patria no es tarea de uno solo, siempre es colectiva”, afirmó la Presidenta en Rosario

En el acto de conmemoración del Día de la Bandera, Cristina Fernández convocó a defender los intereses de la patria con valentía, como lo hicieron Belgrano, Dorrego y San Martín. Además anunció la restauración, puesta en valor y ejecución de obras varias en el Monumento Histórico Nacional, ubicado en la ciudad de Rosario.

Repensar la historia

En el acto, la Mandataria consideró necesario repensar la tradición de recordar a los héroes de la patria en la fecha de su fallecimiento, y propuso memorarlos en el “día de sus victorias”. Para la Presidenta, “no es casualidad que muchas veces se intente despojar a nuestros padres fundadores de su rol y su verdadera personalidad” y, en ese marco, recordó que aquel Belgrano que el 27 de febrero de 1812 enarboló por primera vez la enseña nacional, también fue el que triunfó en Tucumán y Salta. “En esas fechas, tal vez deberíamos recordarlo”, consideró.

Cristina Fernández dijo también que “quienes escribieron la historia” de nuestro país lo hicieron de una manera en la que “parece que la política no existía”. Por eso, sostuvo: “Me resisto y me resistiré toda la vida a recordar a los combatientes de la patria como viejitos, o en el día en que se murieron, porque también fueron jóvenes comprometidos con ideales, comprometidos con la patria, comprometidos con la política y comprometidos con el Estado”.

Para la Presidenta, “para tener pueblo y nación” es necesario “tener política”, pero eso –dijo- se contrapone a la postura de quienes “han intentado desterrarlos del lenguaje y la conciencia colectiva”. En ese marco, denunció la existencia de sectores contrarios a los intereses de la patria que pretenden “impulsar personalidades aisladas, porque uno sólo siempre es manejable”. Por eso, advirtió que “cuando los dirigentes representamos los intereses colectivo del pueblo, no nos puede manejar nadie, como no los manejaron a Belgrano y a San Martín”. “La liberación de un pueblo y una patria no es tarea de uno solo, siempre es colectiva”, sentenció.

Dorrego será ascendido post mortem a general

Al mencionar a los héroes de la Patria, Cristina Fernández resaltó la figura del Coronel Manuel Dorrego, quién, anunció, será ascendido a General post mortem. “Él ganó su lugar en la historia y merece esas palmas de general que tienen San Martín y Belgrano”, señaló. Recordó además que estos próceres “no fueron solos a la batalla, fueron acompañados por el pueblo” y que “los que dieron su sangre fueron, precisamente, los más humildes”. Esa sangre derramada, expresó, forma parte de “los sacrificios que hay que hacer para ser libres” porque “no se es libre gratis, no se es independiente gratis”.

A un año de la sentencia que pretendió beneficiar a los fondos buitre
En su alocución, la Presidenta recordó que un año atrás el juez de Nueva York Thomas Griesa emitió la sentencia que pretendió obligar al país a atender a los reclamos de los acreedores que no se plegaron a los canjes de deuda de 2005 y 2010 y, de esa manera, “humillar y denigrar la soberanía argentina y generar un proceso de nuevo endeudamiento”. La Mandataria señaló que “no fue un 20 de junio fácil aquel” debido a que desde diversos sectores se aconsejaba pagar la sentencia. El Gobierno, recordó, se negó enfáticamente, y el tiempo demostró, según indicó, que el haber aceptado aquella sentencia hubiera resultado “una trampa mortal”.

“No era capricho ni ejercicio nacionalista a ultranza, era aplicar el criterio de racionalidad más estricto en términos jurídicos y de dignidad y soberanía en términos políticos”, sostuvo.

Superar prejuicios para consolidar el modelo de crecimiento con inclusión

En el mismo acto, la Jefa de Estado pidió a los representantes de los “aquellos partidos de raigambre nacional, popular y democrática” superar prejuicios, matices y diferencias para hacer frente “a los grandes temas de la patria sin abandonar la identidad, la legitimidad del derecho a disputar el gobierno”. Por eso, conminó a esos partidos a encolumnarse en la disputa con los fondos buitres y frente a los diversos ataques que sufren las democracias de la región.

En ese marco, señaló que quienes defienden los intereses foráneos ya no consideran importante tener bases militares en el continente, dado que cuentan con “bases mediáticas” y que estás “están dispuestas a bombardear todos los días los proyectos nacionales y populares”.
“Tenemos que tener la grandeza de recordar lo que hizo Belgrano, lo que hizo San Martín, lo que hicieron los patriotas, superar esas diferencias frente a esos grandes temas y, en esos momentos, ser uno solo”, solicitó.

La Presidenta sostuvo además que es necesario “hacer aprendizaje para no cometer errores” y “saber que, por sobre todas las cosas, con todos nuestros defectos, con los desaciertos y errores que seguramente hemos cometido, hemos protagonizado junto a todos los argentinos el mayor proceso de crecimiento económico con inclusión social del que se tenga memoria”.

Asimismo, les comunicó a quienes “aspiran a conducir los destinos de la patria” que “la historia no ese escribe en la crónica de una noticia, ni en la página de un diario, sino que se escribe en el seno del pueblo, en cada barrio, en cada villa, en cada lugar de la patria donde haya un pobre”.
“Por eso, este 20 de junio, para recordar a Belgrano, recordémoslo como un combatiente de la libertad, la independencia, de la nación y del pueblo”, concluyó.

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viernes, 19 de junio de 2015

La gran electora


El proceso de definiciones electorales encuentra al campamento de la derecha sumergido en un mar de cavilaciones. Al cierre de la presentación de alianzas, y pese a las desembozadas presiones de un sector del poder real, no prosperó el intento de una opción única de la oposición para enfrentar al Frente para la Victoria. La estrella de Massa brilló y se disipó con idéntica rapidez, confirmando el corto aliento de las creaciones de laboratorio, aun cuando estén patrocinados por los yanquis y sus multimedios monopólicos. Macri optó por consolidarse como referente opositor y sus movimientos indican que, conciente de sus limitaciones de cara a octubre, decidió proyectarse para más adelante. No por nada su principal consejero declaró días atrás que “Cristina es imbatible”. Más allá de cualquier pronóstico (y de sus intenciones) lo cierto es que la Presidenta, al frente de un proyecto liberador con más de 12 años en el gobierno, conserva una absoluta preeminencia en el escenario político nacional.
 

Diversas encuestas coinciden en que la imagen positiva de Cristina supera el 60% en todo el país. En algunos distritos orilla el 70%, e incluso en los grandes centros urbanos donde se impone la oposición tiene un piso del 40% de consideración favorable. Participó días atrás en la 39° Conferencia de la FAO en Roma, donde nuestro país fue distinguido por los enormes logros alcanzados en la lucha contra el hambre y la pobreza. Allí Cristina habló de modelos de sociedad, de las causas que empobrecieron a miles de millones en el mundo y del derrotero argentino: Néstor Kirchner asumió en 2003 con un 54% de pobres, 27% de indigentes, ferias de trueque (precapitalistas) y más de 10 cuasimonedas. En ese marco, la Presidenta tuvo su quinto encuentro con Francisco I. “Creo en la pluralidad, en la diversidad, en un mundo multipolar, y él también lo cree. Nos preocupa un mundo sacudido por fanatismos.” Son definiciones -antes difíciles de concebir en el Vaticano- que se corresponden con la nueva coyuntura histórica.

Le resulta trabajoso al enemigo sostener el discurso de que estamos aislados, solos, en crisis, o ajenos a las discusiones globales. Nunca la Argentina estuvo tan comprometida en las decisiones de carácter geopolítico. Siguen chocando contra la pared. Con cierta resignación, buscan entonces incidir en un escenario donde el Frente para la Victoria concentra las mayores posibilidades de triunfo en las próximas presidenciales. Con diferencia de días, los principales componentes del establishment empresarial fueron exponiendo sus pliegos de condiciones. Primero fue la UIA exigiendo un ajuste, sin eufemismos ni ambigüedades; luego el Foro de Convergencia Empresarial (bajo el signo de Techint y el Grupo Clarín) presentando un verdadero panegírico al neoliberalismo y proponiendo un “Estado eficiente”; finalmente fue la Sociedad Rural reclamando la eliminación total de las retenciones, lo que significaría un agujero de 84 mil millones de pesos hoy destinados a sostener un camino de crecimiento económico con inclusión social.


El pasado 25 de mayo la compañera Cristina insistió sobre un eje fundamental: el compromiso activo de nuestro pueblo es la principal garantía para la defensa y continuidad de lo que hemos conquistado. Junto a esto, la posibilidad de contar con una sólida representación parlamentaria también constituye un elemento determinante. Los cierres de listas en Mendoza y Chubut refuerzan este criterio, donde se impuso la conducción de la Presidenta y su condición de principal electora. El desafío es afirmar este camino y estrategia electoral, con un objetivo prioritario: lograr en primera vuelta la victoria del proyecto nacional.


Editorial de "Nuestra Palabra", periódico del P.C.C.E.

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Juan Ingallinella, el médico del barrio, el militante comunista




Juan Ingallinella, nació en 1911 y era hijo de inmigrantes sicilianos. Estudió medicina y tenía su consultorio en la misma casa donde vivía, en la calle Saavedra 667, del barrio Tablada de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Se casó con Rosa Trumper, que era maestra, con quien tuvo una hija.
Hay testimonios recogidos en la prensa de Rosario que cuentan que a los pacientes sin recursos los atendía gratuitamente y les suministraba muestras de medicamentos gratis cuando no tenían dinero para comprarlas. Incluso, les regalaba ropa y zapatillas. También atendía ad honorem en el Hospital de Niños de Rosario.
Ingallinella era un conocido militante comunista en cuyo consultorio tenía un cuadro con la foto de Lenin. Cuando a principios de 1944, la policía rosarina detuvo y torturó a tres comunistas e Ingallinella.

En la ciudad de Rosario, en un claro ejemplo de unidad de acción ante el intento de golpe perpetuado en la capital, comunistas y peronistas se habían manifestado contra el bombardeo. Habían impreso un panfleto: "Unidad popular contra el golpe oligárquico imperialista". Ese mismo día la Sección Orden Social y Político —un correlato de la Sección Especial de la Policía Federal— aprovechó la ocasión para encarcelar a más de 70 militantes políticos, bajo el cargo de "desorden público". El Comité de la zona sur del Partido Comunista denunció el hecho en un volante y señaló como responsables a los oficiales Félix Monzón, jefe de la sección Orden Social y Político, Santos Barrera, subjefe de la misma sección y Francisco Lozón, jefe de la sección Leyes Especiales y Santos Barrera.
Si bien posteriormente el Partido Comunista fue reconocido como organización legal y participaba en las elecciones, sus militantes eran objeto de persecución policial y fue así que acumuló 20 procesos por desacato y resistencia a la autoridad y estuvo detenido varias veces en la Jefatura de Policía en Rosario.

Su desaparición

El 16 de junio de 1955 se produjo en la Argentina una rebelión militar con la finalidad de derrocar al presidente Juan Domingo Perón, en cuyo curso sin aviso previo alguno, aviones de la Marina bombardearon la Plaza de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, en una acción sin precedentes en la historia argentina, ocasionando al menos 300 muertos y más de 2000 heridos.
El mismo día 16 la policía rosarina comenzó a detener dirigentes opositores y al día siguiente una comisión policial concurrió al domicilio de Ingallinella, quien había desechado la oportunidad de ocultarse, y lo condujo a la División Investigaciones de la Jefatura de Policía junto con unas sesenta personas entre las cuales estaban los abogados Guillermo Kehoe y Alberto Jaime.
Los detenidos fueron retornando a sus hogares pero no Ingallinella. Ante las gestiones de su esposa y de sus camaradas la Policía aseguró que había salido por sus propios medios de la Jefatura.

Las movilizaciones

De inmediato hubo movilizaciones de profesionales y estudiantes, y se formó una Comisión Universitaria para presionar por la investigación; el 13 de julio los trabajadores judiciales hicieron una huelga y el 2 de agosto la Confederación Médica de la República Argentina dispuso un paro nacional de actividades. El 20 de julio de 1955 el interventor federal de la provincia, Ricardo Anzorena, que hasta entonces había negado la veracidad de la denuncia ordena la detención del jefe y del Subjefe de investigaciones y de otros policías así como el reemplazo del jefe de policía de Rosario, Emilio Vicente Gazcón, por Eduardo Legarreta y exoneró a los policías involucrados. El 27 de julio el ministro de gobierno de Santa Fe da un comunicado reconociendo que el Dr. Ingallinella
"habría fallecido a consecuencia de un síncope cardíaco durante el interrogatorio en que era violentado por empleados de la Sección Orden Social y Leyes Especiales".

La investigación judicial

La legislación entonces vigente había establecido el fuero policial, esto es que el personal de esa fuerza no era juzgado penalmente por la justicia común sino por un tribunal especial, el Consejo de Justicia Policial, el cual inicialmente trató de tomar el caso. Como el juez de instrucción Carlos Rovere también sostuvo la competencia, debió resolver el conflicto la Corte Suprema de Justicia de la provincia, la cual el 3 de agosto de 1955 se inclinó el juez argumentando que los policías habían perdido su estado policial por haber sido exonerados.
Con la investigación judicial se puso al descubierto la maniobra de encubrimiento que se había realizado, tal como la desaparición de numerosas fojas del libro donde se asentaban los ingresos y egresos de detenidos. Lo sucedido con Ingallinella se pudo reconstruir con el testimonio de otros detenidos, de lo que surgió que Lozón quería ubicar el mimeógrafo donde se habían impreso los volantes, para lo cual torturaron a varios detenidos, incluyendo a Ingallinella, con la picana eléctrica.
Tiempo después, uno de los acusados, el oficial Rogelio Luis Delfín Tixie, rompió el pacto de silencio y contó que Ingallinella había fallecido durante la tortura y que su cadáver había sido enterrado cerca de la estación de trenes de Ibarlucea y luego trasladado a otro punto, en un vehículo de la División Investigaciones. La Justicia comprobó que se habían arrancado las 41 primeras fojas del libro de guardia del 19 de junio de 1955 del puesto de la Policía Caminera de Pérez, para borrar las huellas del traslado. No obstante, se constató que el vehículo utilizado había regresado a Rosario a las 21 de aquel día. Y al hacerse excavaciones en la zona indicada por el policía, se halló una tela que habría correspondido al sobretodo del médico. Sin embargo, nunca se supo dónde fueron llevados los restos de la víctima.
Tixie también involucró al ex jefe de policía Emilio Gazcón, quien según dijo encomendó personalmente a Lozón los procedimientos y le ordenó aplicar torturas.

La sentencia

El 30 de mayo de 1961, el juez Juan Antonio Vitullo declaró que el hecho de no haberse encontrado el cadáver no era óbice para que con la abundante prueba rendida se tuviera por acreditada la existencia del homicidio. La defensa de los acusados había planteado que no podían suponer que la picana eléctrica fuera normalmente peligrosa dado que ninguna de las otras víctimas había sufrido consecuencias graves por lo que la muerte debía atribuirse a una condición anormal predisponente del doctor Ingallinella. En esta forma excluían el homicidio doloso y planteaban la hipótesis del homicidio culposo.
El Juez rechazó la hipótesis, afirmó que la muerte de Ingallinella pudo no haber sido planeada, pero estaba dentro de las posibilidades por el método de tortura y calificó el hecho de homicidio agravado. Lozón, Monzón, Tixie y Barrera fueron condenados a prisión perpetua, Serrano a dos años de prisión y el jefe de policía Gazcón al pago de una multa y la inhabilitación por un año.

La defensa apeló y el 19 de diciembre de 1963 la sala II de la Cámara del Crimen de Rosario modificó la calificación a la de homicidio simple. Lozón fue condenado a veinte años de prisión como "promotor, autor material y responsable principal" de homicidio simple, privación ilegal de la libertad y apremios ilegales; Félix Monzón, Rogelio Luis Tixie, Fortunato Domingo Desimone, Arturo Lleonart y Santos Barrera a 15 años de prisión; Ricardo Rey y Héctor Andrés Godoy a 6 años, por encubrimiento, privación ilegal de la libertad y apremios ilegales; Francisco Rogelio Espíndola y Fernando Luis Serrano a dos años, por encubrimiento; Gilbert Silvestre Bermúdez -ex jefe de Investigaciones- y Emilio Gazcón fueron multados por violación de los deberes de funcionario público.5 Por otra parte, la misma sentencia declaró que a esos crímenes no se aplicaba la amnistía para delitos políticos que había aprobado la ley 14.436 porque ella excluía de sus beneficios "los delitos atroces cometidos de manera inhumana, carente de relación atendible con el móvil político o gremial alegados".

Otras referencias

El 17 de junio de 1955, ante la irregularidad en la detención de Ingallinella, los abogados Guillermo Keohe y Alberto Jaime, se dirigían hacia el viejo Palacio de Tribunales Provinciales a presentar un Habeas Corpus para reclamar por su aparición, pero no llegarán a destino. Un grupo policial, bajo las órdenes del jefe de la Sección Orden Social y Político, el comisario Francisco Lozón(h), los obliga a bajar de un tranvía para detenerlos. Recuperaron la libertad días después. De los testimonios de Keohe y Héctor Palma, otro de los tantos comunistas detenidos el día anterior, tendremos las últimas noticias que se conocen de Ingallinella, como también respecto de los tormentos sufridos por el abogado y sus compañeros en la Jefatura Policial de Rosario.
Según se desprende del testimonio que dejó Guillermo Kehoe, las torturas eran corrientes en la Jefatura de la Policía Rosarina. Se contaba para tal fin con una mesa especial, provista de correas y sogas para sujetar a la víctima, mientras se le aplicaba la picana eléctrica. El testimonio del apoderado legal del Partido Comunista de Santa Fe, y titular de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), es realmente escalofriante respecto del accionar policial en aquella jornada del 17 de junio de 1955:
“Me tomaron el pene por el glande. Me abrieron la uretra, allí aplicaron y dejaron conectada la picana. La sensibilidad en esa zona es realmente exquisita a la corriente. Sentía como si clavaran mil agujas en mi sexo”
Según el propio testimonio del Dr. Keohe, él fue escarnecido durante dos horas, con el objetivo de sacarle información sobre el volante repartido por la militancia los días anteriores. La macabra sesión será dirigida por el propio Francisco Lozón (h), y por uno de sus compañeros de alto rango, Félix Monzón:
“¡Queremos saber dónde se encuentran los ficheros y los mimeógrafos del partido!”
“Sentía la boca completamente seca. La lengua, como un trozo de madera. Me costaba mucho contestar y decir que nada sabía. Estaba físicamente casi impedido de hablar”- referirá el torturado.
Insultos y máquina, diez personas…
“Danos solo un mimeógrafo y se termina la función…”
“No, no sé”. “Esto los enfureció…” Amenazas de violaciones a su esposa, a su madre, a su hija en su presencia…
“Con ese pelado hijo de puta de Inga será peor…” - le dirán cuando amainen los tormentos.
“Se escuchan forcejeos, ayes de dolor, gritos de protesta y luego la radio” -referirá Héctor Palma, uno de los detenidos que ha visto entrar al cuarto de tortura a Ingallinella. También Keohe, antes de ser escarnecido, ha visto a su compañero y amigo en la oficina de la guardia.
A la siguiente mañana Keohe será llevado al despacho de Lozon, se produce allí un dialogo donde el abogado debe soportar un nuevo apriete del comisario, y el reconocimiento de la suerte de la Ingallinella:
-Sabes para que te llame?
-Para torturarme de nuevo - respondió el abogado
-No. Es para felicitarte. Sos un tipo de aguante.
En ese momento Keohe le pregunto porque no le pegaba un tiro y dejaba de sufrir. Lozon le pidió que no se confundiese.
-No, eso no… Yo no soy un asesino. Soy un torturador.
Será el propio Keohe quién confirmo que en la jefatura, había reconocido la muerte de Ingallinella, diciéndole:
¿De qué te quejas? Vos estás bien, en cambio al petiso lo liquidamos.

Aclaración: Existen algunas versiones que indican que el volante en cuestión fue redactado y distribuido por Inga. No fue así. El volante fue redactado y distribuido por el Cté. Zona Sur del P.C., ya que inga estaba cumpliendo una tarea fuera de Rosario. Cuando retornó se encontró con Ricardo San Esteban y Hugo Ojeda, quienes le insistieron que no vaya a su casa, pero Inga fue a visitar a una niña, paciente de él, que lo tenía preocupado, y luego fue a su casa donde lo detuvieron.

“El kirchnerismo es una fuente de inspiración”



La principal teórica de los populismos analiza el surgimiento de Podemos en España y Syriza en Grecia. Plantea que son “un nuevo tipo de izquierda” y asegura que “éste es un momento fundamental de la política europea”, ya que aparece “una alternativa real al neoliberalismo”.

  Por Eduardo Febbro

Desde París
Chantal Mouffe y Ernesto LFaclau escribieron la historia antes de que ésta sea una realidad. Ambos, en un ensayo de una lucidez profética publicado en los años ’80, anticiparon y le dieron vida al desarrollo de movimientos políticos que hoy acceden al poder en Europa con esa biblia del pensamiento post marxista que fue Hegemonía y estrategia socialista (1985). Podemos en España y Syriza en Grecia son descendientes de ese pensamiento innovador que supo trazar un camino de acción política de izquierda sin pasar necesariamente por las articulaciones marxistas. Post marxismo, populismo, creación de espacios contra-hegemónicos, radicalización de la democracia figuran en la trama de un pensamiento iluminado que Chantal Mouffe detalla con una pasión y una juventud nada comunes entre los teóricos de la filosofía política. Chantal Mouffe es una fuente de juventud y de repetidos asombros y se entiende muy bien por qué Podemos en España, Syriza en Grecia y varios gobiernos progresistas de América del Sur se refieren a ella. En un planeta tecno-consensual, la exquisitez de un pensamiento político riguroso y transformador, que sobrepasa el mero diagnóstico o la denuncia deprimente, es un oasis frondoso en un desierto de ideas. Chantal Mouffe es politóloga, teórica del agonismo y profesora en la Universidad de Westminster. Hoy es una de las principales conexiones teóricas de Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, ambos dirigentes de Podemos en España. Junto con Íñigo Errejón, el Secretario Político de Podemos, Chantal Mouffe acaba de publicar un libro de conversaciones, Construir pueblo, hegemonía y radicalización de la democracia (Icaria Editorial).
Nacida en Bélgica en 1943, compañera de Ernesto Laclau, Chantal Mouffe tiene una obra poderosa donde reactualiza desde hace años las formas de reapropiarse de la democracia. En 1985 escribió con Laclau Hegemonía y estrategia socialista (FCE), una obra mal percibida en aquellos años pero luego reactivada por la originalidad de su postulado y la relectura que de ella hicieron los dirigentes de los movimientos sociales o la dirigencia de Podemos o Syriza. Fue completando su pensamiento con el tiempo y los libros: El retorno de lo político, Paidós (1999), Deconstrucción y pragmatismo, Buenos Aires, Paidós (1998), La paradoja democrática, Editorial Gedisa (2003), En torno a la político, FCE (2007), El desafío de Carl Schmitt, Prometeo Libros (2011), Dimensión de la democracia radical, Prometeo Libros (2012), Agonística. Pensar el mundo políticamente, FCE (2014). Se trata, en el más estricto resumen, de ver los caminos y cómo poner en tela de juicio la aplastante hegemonía liberal construyendo otra democracia desde la actividad de actores políticos renovados, en sus formas y sus planteos. El filósofo argentino Ernesto Laclau no pudo ver del todo la plenitud de sus ideas subiendo los escalones de poder (falleció en 2014). Chantal Mouffe sí. En esta entrevista realizada en París, la politóloga belga habla sobre esa democracia radical y ese populismo de izquierda que nutren la espina dorsal de su pensamiento, define los nuevos caminos de la izquierda, la metodología para crear respuestas contra-hegemónicas. En este torbellino de ideas hoy exitosas, Chantal Mouffe ve al kirchnerismo como “una fuente de inspiración” del prototipo de democracia radical.
–Desde hace ya cierto tiempo hay una crisis en el pensamiento de la llamada izquierda socialista. Como lo expresa con humor el líder de la izquierda radical de Gran Bretaña, Owen James, “el socialismo es para los ricos, el capitalismo para los pobres”.
–Lamentablemente es cierto. El multimillonario Warrenn Bu- ffett decía también: “La lucha de clases existe siempre, pero somos nosotros quienes la ganamos”. El ex primer ministro británico Tony Blair y otros como él decían: “hoy se acabaron los antagonismos, la lucha de clases terminó, podemos tener un consenso en el centro, las diferencias entre el centroizquierda y el centroderecha no existen más, la democracia ha madurado y podemos estar todos de acuerdo”. No es cierto. Ocurrió que la lucha de clases no desapareció, sino que los más pobres ni siquiera están en condiciones de defenderse. Es obvio que en los últimos 30 años las desigualdades aumentaron de forma catastrófica. El libro de Thomas Piketty, El Capital en el Siglo XXI, lo demuestra muy bien. Hoy estamos en una sociedad mucho más desigual que hace tres décadas.
–¿Qué representa en este contexto que usted describe la irrupción, en Europa, de lo que se llaman las izquierdas radicales, sea en Grecia con Syriza, en Francia o en España? ¿Le resulta acertada la definición de “izquierda radical” para esos movimientos que se inscriben con todo en una mecánica de conquista democrática?
–No creo que se pueda hablar de la emergencia de izquierdas radicales porque, de hecho, esa izquierda radical siempre existió. Siempre hubo partidos que se ubicaron a la izquierda de la izquierda. Lo nuevo, ahora, radica en que, con movimientos como Podemos o Syriza, se trata de un nuevo tipo de izquierda. Desde luego, sabemos que Podemos no acepta que lo ubiquen en el eje izquierda/derecha. Pero se trata en todo caso de un nuevo tipo de movimiento. Yo prefiero llamarlo “populismo de izquierda”. Esto es algo totalmente novedoso en Europa donde, hasta ahora, sólo habíamos conocido populismos de derecha. Lamentablemente, la mayoría de los movimientos populistas que están en Europa son de derecha. Sin embargo, en los países del sur de Europa, Grecia y España, surgen los movimientos populistas de izquierda. Estos partidos son muy diferentes de la izquierda radical porque, de hecho, esa izquierda anhelaba la revolución, quería terminar con el sistema democrático liberal y rechazaba la democracia representativa. Ahora bien, tanto Podemos como Syriza son movimientos que no rechazan la democracia representativa y buscan inscribirse en la lucha democrática tradicional. Quieren transformar las relaciones tradicionales del poder de forma fundamental, es decir, se trata de una lucha hegemónica. Podemos y Syriza luchan contra la hegemonía, quieren terminar con la hegemonía del neoliberalismo por medio de la lucha democrática. Es una estrategia de radicalización de la democracia, lo que yo llamo un populismo de izquierda. Esta es la gran diferencia con la izquierda radical que existía antes, la cual no se postulaba como un partido de poder sino de denuncia. En cuanto a los partidos socialdemócratas, o social liberales, estos movimientos no buscan llegar al poder para transformar o poner en tela de juicio la hegemonía neoliberal.
–Podemos dice que no son de izquierda ni de derecha, que estamos en una definición de la fronteras. ¿Argumento válido, retórica o mera estrategia de comunicación electoral?
–Lo que quieren decir es que no aceptan que se los reduzca, que se los sitúe en el eje izquierda/derecha. La tendencia apunta a decir que Podemos y Syriza son la extrema izquierda, pero no es cierto. Yo considero que no se puede abandonar completamente la referencia a la izquierda. La izquierda existe, y hay varias. La izquierda social liberal, la extrema izquierda. Podemos se quiere ubicar como izquierda central, pero la centralidad no significa el centro. Podemos no quiere ubicarse en el centro. Ellos están de acuerdo con la idea de que la política es la redefinición de las fronteras. No dicen que son el centro porque el centro es la negación de las fronteras. Ellos dicen “queremos ocupar la centralidad de tablero, queremos ser una alternativa”. Se trata, en suma, de una estrategia hegemónica que busca disputar la hegemonía neo liberal. Esa alternativa consiste en establecer las fronteras de manera distinta y no entre la izquierda y la derecha. Tienen algo de razón porque hoy la frontera entre izquierda y derecha ya no significa gran cosa debido a que los partidos de izquierda se han desplazado tanto al centro que las diferencias fundamentales desaparecieron entre las políticas de un partido de centroderecha y otro de centroizquierda. Yo prefiero hablar de repensar la izquierda, redefinir la izquierda. La categoría de “populismo de izquierda” tiene un poco esa meta. Claro, Podemos dice con razón que es inadecuado presentarse diciendo “somos un partido populista de izquierda”, eso no funciona en el discurso político. Para mi sí es un partido populista de izquierda porque es un partido que emana de la articulación entre los movimientos sociales y las formas más tradicionales, representativas. En realidad, Podemos es un partido parecido a las extremas izquierdas pero sin el discurso de la revolución y el fin del capitalismo: es un partido que se limita a la lucha electoral. Para mí, y esto es central, el populismo de izquierda es una articulación entre la dimensión vertical y la dimensión horizontal. Podemos y Syriza lo plasman muy bien.
–Se podrá versar mucho sobre la definición semántica, sobre si la izquierda o la derecha existen o no. No obstante, las identidades históricas no han variado fundamentalmente.
–Tiene razón. No soy fetichista y si me proponen otro término que el de izquierda diría que está bien, pero no lo hay. La diferencia con todo se mantiene: la derecha tiende a privilegiar la libertad y la izquierda la igualdad. Si se quiere defender la justicia social, la radicalización de la democracia, eso es lo que yo entiendo por izquierda. Es curioso. En Argentina, por ejemplo, está el kircherismo y está la izquierda. Cuando converso con mis amigos kirchneristas en la Argentina me hablan de “la izquierda”. Yo les digo, ¡pero la izquierda son ustedes! Y pasa lo mismo con Correa en Ecuador. Esto me da vueltas en la cabeza. En América latina, los llamados partidos de izquierda son a menudo muy críticos con las experiencias progresistas. Esa izquierda crítica no entiende la ni la especificidad, ni la importancia de los movimientos populares.
–¿Para usted el kircherismo es un modelo exitoso de esa combinación entre populismo positivo y democracia radical? ¿Ha llegado a construir una nueva hegemonía?
–Para mí, definitivamente sí. No voy a decir que el neoliberalismo ha sido eliminado, pero la definición del movimiento kirchnerista va en ese sentido. Claro que sí. Con todas las dificultades que hay, creo que el modelo kirchnerista es la manera adecuada de actuar. El proyecto kirchnerista es representativo de lo que llamo el populismo de izquierda. Es un modelo, incluso si ese término de modelo no me gusta mucho porque no se trata de una receta. El kirchnerismo es una fuente de inspiración. Tenemos muchas cosas que aprender de él. Para el movimiento progresista europeo es un punto de vista fundamental. Muchos movimientos sociales y de izquierda tienen una actitud negativa frente al Estado. El Estado es visto como un elemento dominador. A menudo alegan que no vale la pena ocupar el Estado, transformarlo. Hay toda una estrategia de la deserción y del éxodo que está ligada a esa idea según la cual el Estado los va a recuperar. Esa postura los lleva a no ocupar puestos institucionales. Y aquí está el acierto de Podemos en España. El partido canalizó una parte del movimiento de los indignados y le dio una eficacia institucional. Sin Podemos el movimiento de los indignados hubiese desaparecido. Y aquí volvemos al kirchnerismo y a otros movimientos de América del Sur: demostraron que el Estado puede contribuir, que no es un enemigo, que el Estado puede servir mucho a la radicalización de la democracia. Estas experiencias latinoamericanas son muy ricas porque trazan otro camino en cuanto al papel del Estado y las posibilidades de transformación. Estas experiencias indican que no hace falta hacer una revolución, ni poner en tela de juicio el modelo democrático. Se puede perfectamente radicalizar la democracia. Para mí, el proceso de radicalización de la democracia es ése: se trata de una lucha inmanente dentro de las instituciones para transformarlas y recalibrar la relación entre democracia y liberalismo. Esa es la identidad de las experiencias políticas de América del sur. Tenemos mucho que aprender de ellas. Podemos se inspiró mucho de esas experiencias. También, si miramos las experiencias de América del Sur constatamos que las experiencias son muy distintas entre lo países, que sea Bolivia, Ecuador o Argentina.
–Pero esas prácticas políticas están unidas por algo tangible.
–Sí, existe una voluntad común de poner en tela de juicio el neoliberalismo y de radicalizar la democracia que responden a formas particulares y según los contextos y tradiciones políticas.
–Muchas de las ideas que usted y Ernesto Laclau postularon hace 30 años están hoy en el centro de esta renovación democrática de las izquierdas populistas. ¿Está usted convencida de que es posible cambiar políticamente las cosas, que nació un espacio para romper políticamente la hegemonía del pensamiento liberal?
–En el libro que escribimos con Ernesto Laclau, Hegemonía y estrategia socialista, lo que destacamos como importante es el tema de la hegemonía. Todo orden social es siempre un orden organizado a partir de varias relaciones de poder, de varias configuraciones del poder. Es lo que se llama un orden hegemónico, y ese orden hegemónico excluye otras posibilidades. No se puede ver la evolución de la historia según la idea marxista del desarrollo de las fuerzas de producción, como si hubiera una línea de la historia que siempre va en la misma dirección. No. Hay un concepto fundamental, que es el de contingencia, es decir, el orden social es siempre el resultado de las intervenciones políticas, o sea, hegemónicas. Por ejemplo, la transformación de la hegemonía socialdemócrata en una hegemonía neoliberal es la consecuencia de una intervención política, hegemónica. Hoy nos dicen que no existe alternativa a ese orden neoliberal porque hay como un orden de la historia y que ese es nuestro destino. No es así. Cuando se pone en tela de juicio la idea de ese orden histórico vemos que el orden neoliberal es el resultado de intervenciones hegemónicas, por consiguiente, podemos imaginar intervenciones contra hegemónicas porque sabemos que siempre hay una alternativa. Cambiar políticamente las cosas es exactamente esto: buscar la transformación hegemónica.
–¿Acaso las experiencias de Podemos en España y Syriza en Grecia pueden abrir una brecha en el imaginario liberal e instaurar una suerte de práctica cultural disidente?
–Sí, claro que sí. Y eso es lo que explica la ferocidad de los ataques de la Unión Europea contra el gobierno griego de Alexis Tsipras. Estamos ante una lucha ideológica, no se trata de un problema económico. Si la Unión Europea quisiera, el problema de Grecia, desde el punto de vista económico, podría resolverse fácilmente. Lamentablemente, las fuerzas neoliberales que dominan la Unión Europea se dan cuenta de que, para ellos, el éxito de un partido como Syriza es muy grave y mortal. El neoliberalismo europeo sostiene que no existe ninguna alternativa, pero, del otro lado, Syriza dice sí, hay una alternativa distinta. Hay una lucha a muerte entre Syriza y el euro liberalismo. Sin dudas, hay una brecha. Creo que, en Europa, por primera vez desde finales de la Segunda Guerra Mundial, tenemos una brecha en el imaginario político. Esa brecha nos muestra algo muy importante, a saber, que siempre hay alternativas. Esto va totalmente en contra de la idea según la cual la historia se desarrolla en una dirección determinada. Por primera vez vemos una lucha política. Aquí hay un auténtico antagonismo entre Syriza y el resto de la Unión Europea. Este caso nos está mostrando que la política no ha muerto. Es un momento fundamental de la política europea.
–Atenas y Madrid, Syriza y Podemos, son dos actores en plena conquista de una hegemonía nueva.
–Ambos están llevando a cabo una lucha contrahegemónica. Ernesto Laclau y yo habíamos definido este proceso de lucha contra la hegemonía como una desarticulación-rearticulación. En realidad, en este terreno de la lucha contra las hegemonías ya no se trata de pensar la transformación en términos de revolución. La lucha hegemónica es lo que Antonio Gramsci llamaba la guerra de posiciones. Se desarticulan las instituciones para luego rearticularlas y, por consiguiente, transformarlas.
–Curiosamente, al menos en Europa, quienes mejor plasmaron esa lucha contrahegemónica han sido los partidos de extrema derecha. En Francia, Marine Le Pen es el ejemplo más exitoso de la reintroducción de una contrahegemonía.
–Sí, pero Marine Le Pen no llegó al poder mientras que en Grecia Syriza tiene el control del Estado. Aún no han llegado del todo a crear otra hegemonía completa, hace falta tiempo para eso. Con todo, reconozco que Marine Le Pen cuenta con un proyecto hegemónico. Lamentablemente, creo que la derecha entendió más rápidamente que la izquierda las enseñanzas de Gramsci. La única que entiende a Gramsci en Francia es Marine Le Pen. Ello logró crear un pueblo.
–En Europa persiste el vicio de calificar de populistas a casi todos los partidos populares que tienen un proyecto soberano y nacional, sobre todo si son de América latina. Usted, en cambio, no aborrece de ese término. El populismo es para usted a la vez una necesidad y una dimensión de la democracia.
–Yo reivindico el populismo. Creo que hay necesariamente una dimensión populista en la democracia. La democracia consiste en construir un pueblo. Ese es para mí el sentido exacto del populismo. No hay que dejarse impresionar por todos aquellos que utilizan el término populismo como un insulto o una acusación de demagogia. No. El populismo es la construcción de un pueblo. Como lo escribe Ernesto Laclau en La Razón Populista, el populismo es un tipo de construcción de la política que construye la frontera entre los de arriba y los de abajo, el pueblo y las elites. Y esto no tiene nada que ver con un contenido particular. Por ejemplo, Perón era populista, pero Hitler también lo fue, lo mismo que Mao Tse-tung. Ello muestra que existen muchas formas de populismo. La pregunta es la siguiente: ¿Cómo construimos el pueblo? Es un elemento fundamental de la democracia. Cuando nos acusan de ser populistas debemos decir “¡claro que sí, somos populistas porque somos demócratas, porque queremos construir un pueblo!” Yo reivindico el populismo siempre y cuando sea un populismo de izquierda: porque queremos construir el pueblo de una manera que permita una radicalización de la democracia. Hay formas de populismo que van a restringir la democracia y otras que la van a ampliar. La única forma de luchar contra el populismo de derecha es mediante un populismo de izquierda. No son los antiguos partidos socialdemócratas convertidos en social liberales quienes van a poder luchar contra Marine Le Pen. Es evidente que, en Grecia, si no hubiese habido Syriza el partido neo nazi Amanecer Dorado habría progresado mucho más. Lo impidió el desarrollo de Syriza.
–Otra idea que la distingue de los demás pensamientos políticos es la de los afectos, la de la pasión. Usted reivindica a ambas como componentes esenciales de la política.
–Sí, esto es esencial. Por eso se critica tanto al populismo. Hay que reconocer la pasión y los afectos que entran en juego en la creación de una identidad colectiva. Uno de los grandes problemas de la izquierda liberal está en que no entiende nada sobre el papel de los afectos porque le tiene miedo a la dimensión afectiva, a las pasiones. Esa izquierda liberal está obnubilada por el tema del nazismo, por el ejemplo de Hitler, que logró suscitar las pasiones. La izquierda liberal cree que sólo la derecha puede proceder así. Por eso le dejan todo el terreno libre y eligen estrategias más racionales. No, al contrario, no hay que dejarle el campo libre a la derecha sino lograr movilizar la dimensión afectiva y las pasiones en una dirección democrática. Esta es para mí una de las características del populismo: reconocer la importancia de crear una dimensión popular a través de la movilización de las emociones afectivas. Por ejemplo, ahora, para Podemos, este tema es una dimensión fundamental. Para los partidos de “la casta” –así los llama Podemos–, o sea, el centroizquierda, el centroderecha, todo lo que pone en tela de juicio su discurso según el cual no hay otra alternativa se vuelve populista. Esta acusación se ha vuelto una manera recurrente de desacreditar cualquier intento de cambio.
–Sin embargo, en Europa, las formas de ese populismo denunciado por los liberales se multiplican, incluso en el seno de esos mismos partidos que las impugnan.
–Hoy estamos en Europa en una situación populista. Creo que hasta podríamos decir que hay en Europa como una cierta latinoamericanización. Digo latinoamericanización en el sentido de que las condiciones actuales en Europa se asemejan a la situación que existía en América latina años atrás. Europa se latinoamericaniza sin tomar lo mejor de las experiencias positivas de América latina. Los europeos tenían muchas cosas buenas para aprender de las experiencias latinoamericanas, de Kirchner, de Correa, etc. Pero lo que hace hoy Europa es latinoamericanizarse de forma negativa. Con la crisis de la socialdemocracia y el desarrollo de cierto tipo de capitalismo financiero nos encontramos en Europa en una situación parecida a la que imperaba en América latina antes de los gobiernos progresistas. Tenemos, por ejemplo, una clase dominante híper oligárquica, cosa que no existía antes en el Viejo Continente. La situación europea de hoy es paradójica. Las masas populares que a través de la socialdemocracia se habían incorporado al sistema democrático fueron expulsadas de allí con el desarrollo del capitalismo financiero. Ha quedado un grupo de súper ricos y luego una gran zona de precarios, de grupos populares expulsados. Ahora tendríamos que proceder al revés: latinoamericanizar Europa siguiendo el ejemplo de la América latina reciente para mostrar que existen medios de luchar contra esas oligarquías a través de los populismos progresistas.
–En este contexto, hay una confrontación en el seno de las democracias occidentales entre los términos de democracia y liberal, entre liberalismo e igualdad. América latina, en algunos puntos de su geografía, parece haber conseguido reequilibrar esa confrontación.
–Sí, absolutamente. Y es una de las razones por las cuales todas las experiencias progresistas latinoamericanas están muy mal vistas en Europa. Toda la prensa europea supuestamente progresista es muy crítica. ¿Por qué? ¿Qué pasa? El modelo occidental es una articulación entre dos principios, el de igualdad y el de libertad. Pero nunca hay una perfecta igualdad, siempre existe un elemento dominante. Hubo momentos en que el elemento liberal fue el más importante, otros en que le tocó al elemento democrático. Pero la situación actual es tal que, a causa de la hegemonía liberal, todo cuanto toca la soberanía popular y la igualdad fue puesto de lado, rechazado. ¡Si hablamos hoy de soberanía popular enseguida dirán que esto es totalmente arcaico! Es a esto lo que yo llamo post-político o post-democrático. Pero, justamente, lo interesante de las experiencias latinoamericanas radica en que recalibraron la relación entre libertad e igualdad, pusieron la cuestión de la igualdad a cargo del timón. En Europa, al contrario, el elemento democrático de la igualdad fue eliminado en beneficio del liberal. Cuando uno habla en Europa con gente de izquierda y cita a América latina como ejemplo, enseguida dicen: “eso no es democracia, eso es populismo”. Y se afirma eso porque el elemento democrático, la soberanía popular, es el elemento dominante.
–¿Cree usted que los partidos nuevos y las sociedades están preparados para llevar a cabo lo que usted llama “la revolución democrática”, es decir, un cambio por medio de la radicalización de la tradición democrática moderna?
–Lamentablemente no. La situación actual es peor que hace tres décadas. Nosotros habíamos propuesto volver a pensar el socialismo a partir de la radicalización de la democracia. Nos dimos cuenta de que la izquierda, tanto la izquierda social demócrata como la marxista comunista, dejaba de lado los nuevos movimientos sociales: el feminismo, los movimientos que defendían el medio ambiente, la lucha por la igualdad de los homosexuales, etc, etc. En realidad, esas nuevas luchas no podían traducirse en términos de clases. Y esa fue la razón por la cual la izquierda, que estaba concentrada en el tema de lo intereses de la clase obrera, no llegaba a integrar esas demandas dentro de su visión. Si entendemos que hay toda una serie de demandas democráticas que son importantes ya no se puede pensar en un proyecto emancipador únicamente en términos de socialismo, si por socialismo se entiende sólo el nivel económico. Es preciso ampliarlo y hablar de radicalización de la democracia. Hoy, lamentablemente, hemos retrocedido. Con el desarrollo del neoliberalismo muchas de las conquistas de la socialdemocracia para la clase obrera fueron cuestionadas. El Estado de bienestar quedó muy dañado al mismo tiempo que toda una serie de derechos que se conquistaron hace 30, 40 años han sido puestos en tela de juicio por el neoliberalismo. Hace 30 años decíamos: hace falta radicalizar la democracia, lo que quiere decir radicalicemos las instituciones del Estado de bienestar, hagamos que sean más sensibles a toda una serie de demandas que excedían el campo económico. Hoy, yo diría que debemos primero recuperar la democracia porque perdimos muchas conquistas. Nuestras sociedades actuales son post democráticas. Continúan presentándose como democráticas pero, en realidad, la mayoría de las decisiones importantes se toman fuera del Parlamento. La democracia es una suerte de fantasma. Por ello debemos recuperar la democracia y, luego, radicalizarla. Estamos entonces en una situación mucho más grave que hace tres décadas.
–En uno de sus libros, Agonística, usted anota que, en el campo político, hay que renunciar a la búsqueda de un modelo sin exclusión y a la esperanza de una sociedad reconciliada y armoniosa.
–Hay que reconocer que es imposible. La política tiene necesariamente que ver con la creación de un nosotros, pero para crear un nosotros obligatoriamente hay que diferenciarlo de un ellos. Además, para crear un consenso siempre debe haber algo exterior a ese consenso. Un consenso sin exclusión es teóricamente impensable. De hecho, la democracia es una dialéctica muy especial: inclusión-exclusión. Siempre hay fronteras, límites. Para incluir hay que excluir. Un mundo de consenso, sin exclusión, es imposible. El tema central consiste en saber cómo se establecerá la relación entre la exclusión y la inclusión. Allí se sitúa la diferencia fundamental entre un populismo de derecha y un populismo de izquierda, o sea, cómo se establecerá la frontera, quienes serán incluidos y quienes no. Por ejemplo, la posición frente a los inmigrados difiere mucho según que uno se sitúe en la línea de la extrema derecha de Marine Le Pen –populismo de derecha– o de la línea de Jean-Luc Mélenchon –populismo de izquierda.
–En suma, la democracia es un modelo teórico inconcluso.
–La democracia estará siempre inconclusa porque nunca podrá haber una realización completa y total de la democracia. Existe de hecho una pluralidad de formas democráticas. Es un modelo que puede aplicarse de forma diferente. Es un error pensar que nuestro modelo occidental de democracia –y en él incluyo a América latina– es transportable a todas partes. Yo defiendo un modelo que podríamos llamar contextualista y no universalista. Hay muchos pensadores de la democracia occidental que consideran que nuestro modelo es el más perfeccionado, el más moral y racional. No estoy de acuerdo con esto. Nuestro modelo de democracia occidental se desarrolló según ciertas condiciones históricas. La idea de la democracia es el poder del pueblo. Pero el ideal democrático puede inscribirse de formas diversas en tradiciones diferentes. Es un error pensar que democratización requiere occidentalización. Este modelo occidental no puede ser impuesto o importado. Es un error gravísimo pensar la democratización del mundo musulmán según nuestras instituciones. Por el contrario, esas sociedades deben encontrar la manera de inscribir el modelo democrático dentro de sus culturas. Ni siquiera dentro de nuestro modelo pluralista democrático puede haber una realización perfecta de la democracia. Además, si llegásemos a la perfección, si tuviéramos instituciones ideales, esa democracia dejaría de ser pluralista y se empezaría a parecer a un sistema totalitario. Me gusta mucho una expresión de Jacques Derrida que dice: “la democracia por venir”. La democracia será siempre algo que estará por venir, imperfecta. Es eso es lo que hace que la democracia esté viva.
efebbro@pagina12.com.ar

87 años del Comandante Ernesto Che Guevara.


“Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parara jamás. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron. Porque esta gran humanidad ha dicho "¡Basta!" y ha echado a andar. Y su marcha de gigante, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia”.
Fragmento del discurso en la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas,
Nueva York, el 11 de diciembre de 1964

miércoles, 10 de junio de 2015

Santa Fé: Asegurar el triunfo del Frente Justicialista para la Victoria.


Faltan unos días. Es necesario redoblar el esfuerzo para asegurar el triunfo del Proyecto Nacional, Popular y Latinoamericanista en nuestra provincia. Es necesario desplazar al gobierno socialdemócrata de derecha, mal llamado socialista. De socialista no tiene nada, porque ha caído en el peor oportunismo que ha ocasionado la miseria y el abandono en gran parte de las localidades y barrios de la ciudad de Rosario y la provincia. 

El Pro, lo peor de la derecha clientelista al servicio de los negociados. Reutemann, Del Sel y el "experto en seguridad" Gabriel Chumpitaz.

Uno de los blancos preferidos de las críticas del PRO al gobierno provincial durante esta campaña, ha sido su política de seguridad. Sus principales representantes locales, como Miguel Del Sel y Jorge Boasso a la cabeza, no pierden oportunidad para decir que saben cómo abordar el problema de la inseguridad y que cuentan con los “equipos de trabajo” necesarios para darle una solución definitiva a la violencia social que tanto preocupa a los santafesinos. Sin embargo fue Carlos Reutemann, socio oportunista de Macri, quien confesó: “Yo les digo que hay que tener un plan de seguridad. Yo no formo parte de los equipos técnicos, no sé si tienen un plan”.

La confesión de Reutemann no fue más que la confirmación de lo que todos saben: Miguel Del Sel no deja de decir generalidades sobre el tema.
El Frente Justicialista para la Victoria cuenta, más allá de las distintas opiniones, con Omar Perotti, candidato a gobernador, reconocido por su obra en Rafaela, al igual que Alejandro Ramos, vice, en Granadero Baigorria.

Lo mismo podemos decir de uno de los mejores intendentes que ha tenido Rosario, como es Héctor Cavallero, candidato a diputado provincial, sumando a una de las concejalas más trabajadoras: Norma López, el concejal Roberto Sukerman, candidato a intendente de Rosario, y el diputado provincial Eduardo Toniolli, candidato a Concejal.

Como dijimos en nota anterior, nada es perfecto, pero tenemos bastante.

Desde el Partido Comunista Congreso Extraordinario (PCCE), miembro del Frente Justicialista para la Victoria nos hemos dado a esa tarea. Como dijimos, faltan unos días.
— con Pcce Rosario y 4 personas más.

miércoles, 3 de junio de 2015

DEFENDER LO CONQUISTADO


Depende de nosotros

La Semana de Mayo culminó en lo que podemos considerar una de las movilizaciones políticas más importantes de la historia de nuestro país. Transcurridos 12 años de la asunción de Néstor, el último 25 de mayo está lejos de constituir una fotografía: es el resultado de un complejo proceso de acumulación de fuerzas, cuyo punto de partida es el cuadro desolador de diciembre de 2001. Por eso es tal el impacto de esa enorme marea humana (más de 800 mil compatriotas) donde nuevamente predominó lo que la Presidenta llama gente suelta.
Espontánea u organizadamente, el núcleo de la convocatoria es la identificación con el Proyecto Nacional, Popular y Democrático, y fundamentalmente el reconocimiento a un liderazgo como el de Cristina que trasciende a su investidura y a cualquier explicación de carácter coyuntural. Sin intermediarios en su vínculo político con las masas, Cristina es la líder del pueblo argentino, quien mejor ha sabido interpretar y resolver las aspiraciones de las grandes mayorías. Y lo ha hecho en condiciones de permanente adversidad, luchando frontalmente contra los intereses del imperialismo en nuestro país.
En el ejercicio de la conducción política, la Presidenta es la primera en advertir el rol insustituible del pueblo en la defensa de los logros alcanzados. “No se trata de irse o de quedarse: este es un proyecto colectivo, no puede depender de una sola persona, depende de ustedes para que sea ejecutado, profundizado y llevado a adelante.” Es sólo un acotadísimo pasaje de un discurso memorable que atravesó los hitos fundamentales de estos años, pero que abrevó en el análisis histórico y especialmente en la perspectiva estratégica de cara al futuro. Ese fue el nervio principal de la Semana de Mayo y de las definiciones de Cristina: esclarecer sobre lo que está en juego y de que es el pueblo en definitiva el único garante de lo conquistado. Por eso es decisiva la organización.
Los que auguraban un fin de ciclo ya no lo hacen, los que vaticinaban una derrota del Frente para la Victoria tampoco se atreven, y los que ensayaban un réquiem para Cristina tuvieron su baño de realidad el pasado 25 de mayo. No sólo será determinante su rol en los contenidos principales de la campaña, sino también en los cierres electorales nacionales, provinciales y municipales. De alguna forma, es el mandato popular que emanó de la Plaza histórica: Cristina sigue al frente.
El poder real se revuelve entre el estupor, la impotencia y el impulso desestabilizador. Se les acortan los plazos, sus variantes políticas no llegan y millones colman las calles reeditando el clima social del Bicentenario. En todas las instancias Primarias el FpV se desempeñó positivamente y en algunos casos arrasó, como en Salta y el Chaco. Lejos quedó la posibilidad de instalar una sensación de derrota en el camino a octubre. Para colmo, la actividad económica creció en términos interanuales, los índices de desocupación se mantienen en sus mínimos históricos (7,1 % el más reciente) y sigue ganando terreno el consumo popular.
En simultáneo con el anuncio de que más de 2 millones de trabajadores (enmarcados en los cinco gremios más importantes) acordaban en paritarias aumentos salariales que oscilan el 27%, los sindicatos del transporte lanzaban un paro general. Son los recursos que les quedan, pero por ese mismo motivo Cristina nos llamó a estar atentos.
Vivimos días históricos que permanecerán en nuestras retinas para siempre. Vivimos 12 años históricos con conquistas impensadas en una nación que estuvo al borde de su desintegración, que evaluó saldar intereses de la deuda con pedazos de su territorio.
Pero recuperamos la Patria, y más importante aún, la convicción patriótica. Eso es irreversible.



Editorial de "Nuestra Palabra", Periódico del PCCE
www.pcce.com.ar