Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista

martes, 13 de marzo de 2012

Ahora es la defensa de Cristina y el rumbo - Editorial de "Nuestra Palabra"




 El discurso de la compañera Cristina el pasado 1 de marzo ubicó blanco sobre negro lo que está en juego en esta etapa: preservar y consolidar las enormes conquistas de esta última década en un difícil contexto de grandes convulsiones económicas y sociales que sacuden al mundo. El recuento detallado de numerosos indicadores que hablan de mejoras sustanciales en las condiciones de vida de nuestro pueblo, permitió ver integralmente el proceso en marcha, tener siempre presente de dónde venimos y plantear los próximos desafíos. “El problema no son las políticas, el problema es el rumbo que tenemos, que es el que no favorece a los que favoreció durante tantísimo tiempo en la República Argentina”, afirmó la Presidenta.El objetivo de dar un marco jurídico -andamiaje legal dijimos nosotros- a las profundas transformaciones llevadas adelante durante estos años fue una de las principales definiciones, un desarrollo de lo antes esbozado como institucionalización de los cambios. El anuncio del envío de un proyecto de ley para reformar la Carta Orgánica del Banco Central constituye una medida de carácter estructural, un duro golpe a un símbolo del neoliberalismo heredado de los ’90 como lo es la Ley de Convertibilidad, que viene a reafirmar la intervención del Estado en las decisiones económicas de nuestro país. Ese es el debate de fondo y el eje principal de la confrontación con el poder real. Pone también de relieve los permanentes obstáculos legales -muchos de ellos originados en la Constitución del ’94- con que se topa diariamente el gobierno nacional en su voluntad de avanzar. Con audacia, creatividad y acumulación de fuerzas mayores vamos desmontando una por una las trampas del neoliberalismo.La Unificación de los Códigos Civil y Comercial; la reglamentación de la Ley de Tierras que limita la extranjerización; la creciente presión sobre YPF para garantizar el autoabastecimiento energético tras el vaciamiento de las privatizaciones; el sistema tendiente a regular el flujo de importaciones y exportaciones con la preocupación única de preservar la industria nacional; todas acciones dirigidas a seguir perforando las capas que la derecha neoliberal cristalizó durante décadas sobre nuestra economía. En la misma dirección está el reclamo de Soberanía que encabeza nuestra Presidenta sobre las Islas Malvinas, denunciado la militarización de la OTAN y los ingleses sobre el Atlántico Sur, y haciéndolo desde América Latina, una causa común y continental contra el colonialismo y por la Paz.El nivel de agresividad del establishment, los ataques hacia Cristina, la descarga de odio permanente desde los medios de comunicación monopólicos, supera largamente al que tuvo que soportar cuando asumió su primer mandato. Pretenden limar el contundente 54,3% obtenido en octubre, pero ahora el hostigamiento viene por izquierda: “que el ajuste, la minería, la represión, el espionaje”, etc. La tragedia ferroviaria de Once, que también tiene su origen y causa fundamental en la ola privatizadora de los ‘90, entusiasmó a los carroñeros que se ilusionan con la posibilidad de que al gobierno finalmente “le entren las balas”. El objetivo es generar confusión e ir variando el humor social, golpe tras golpe. La defensa de Cristina es ahora, de las provocaciones de la derecha en primer lugar, pero también de quienes vacilan ante los primeros sacudones y terminan enredados en sus propias contradicciones, perdiendo de vista lo esencial. Por vanidad, por oportunismo, por incomprensión, quién sabe. Lo peor sería llorar después sobre la leche derramada. Paradójicamente, mientras algunos despotrican “porque el gobierno perdió el rumbo”, el genocida Videla afirma que “su peor momento llegó con los Kirchner”, que “si el rumbo fuera otro, no estarían presos”. Del enemigo, el consejo.Nuestro desafío, el del campo popular, el de los millones de hombres y mujeres identificados con el rumbo nacional, popular y democrático, es redoblar nuestro esfuerzo de organización y esclarecimiento, salir al cruce de los intentos de la derecha por confundir, y entender y hacer entender que consolidar lo logrado es la primera medida de profundización.

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