Nuestra Palabra entrevistó al compañero Jorge Pereyra, Secretario General del Partido Comunista Congreso Extraordinario (PCCE). El sentido histórico del triunfo de Cristina y los desafíos de la profundización; el Frente necesario y el rol de los comunistas.
¿Qué significó el pasado 23 de octubre?
El triunfo de Cristina es un acontecimiento histórico para nuestro país y lo es
también por sus repercusiones en América Latina y en el mundo. La posibilidad
de que se puedan suceder tres gobiernos con un contenido democrático, nacional
y popular, no tiene antecedentes en 200 años de la vida de la Argentina.
Tengamos presente que el proceso se inició con Néstor con sólo el 22 por ciento
de los votos. Como dijimos muchas veces, había más desocupados que los votos
que él sacó en esas circunstancias. Se habló de desgaste, de estancamiento, de
debilitamiento. Han apostado durante 8 años a la derrota de esta experiencia, y
fracasaron. Personalmente creo que también es un aporte a la defensa de la
Revolución Cubana poder tener en nuestra Patria un gobierno que defienda la
unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe.
Siempre insistís en recordar de dónde venimos.
Efectivamente, para valorar el significado histórico del triunfo de Cristina,
es importante remontarse a los hechos que se sucedieron en las últimas décadas,
me refiero a los dos genocidios que se produjeron en la Argentina. El primero
con la dictadura militar, y en segundo lugar, lo que significó el genocidio
específicamente ya en el periodo posterior a la dictadura. Menem simbolizó la
aplicación más profunda y más eficaz del neoliberalismo, que significó un
ejemplo para el imperialismo para poder trasladarlo a los distintos países.
Como dice esa canción de Víctor Heredia, pasó la langosta por la Argentina y no
había quedado casi nada en pie.
Y vino la presidencia de Néstor…
En esas condiciones asume Néstor. Fidel desde las escalinatas de la Facultad de
Derecho, anuncia en aquel momento: "Ustedes no se imaginan el golpe que le han
dado al neoliberalismo". Y la realidad es que nosotros no nos imaginábamos la
envergadura y la profundidad que iban a tener los acontecimientos inmediatos,
pero sí nos permitió como Partido Comunista Congreso Extraordinario,
rápidamente adoptar la posición de respaldo al gobierno de Néstor Kirchner
frente a las primeras confrontaciones con la Corte menemista y la cúpula de las
Fuerzas Armadas. Con Néstor se restablece la vida política en la Argentina, se
restablece el rol del Estado y el sentido de soberanía y patriotismo, que
empieza a ser asumido por el pueblo argentino. Esa identidad se afirma en ese
segundo Ayacucho que fue la Cumbre de los presidentes en Mar del Plata en
rechazo al ALCA, donde como decía Cristina en el acto de cierre de
campaña,”…qué hubiera sucedido si Néstor Kirchner no hubiera sido el presidente
de la Argentina”. Eso pensándolo no sólo por nuestro país, sino por el daño
tremendo que se hubiera causado a toda América Latina una genuflexión del
gobierno argentino en esa circunstancia.
Se habla de la profundización del rumbo. ¿Cómo entendés el desafío?
La primera conclusión de Cristina luego del resultado electoral del 2009 fue
que era necesario profundizar aún más de lo que se había logrado hasta ese
momento. Y adopta dos medidas trascendentales como son la nueva Ley de Medios y
la Asignación Universal por Hijo. Nosotros cuando hablamos de que nuestra
aspiración es ir avanzando en una transición hacia el socialismo en la
Argentina, somos concientes de que esto se encuentra asociado muy directamente
al tema de la correlación de fuerzas que exista, al papel que juegue la clase
obrera; en definitiva, al rol que jueguen las fuerzas revolucionarias en
nuestro país. Es un criterio metodológico. Es realmente, no diría milagroso,
pero sí un mérito enorme el de Néstor y Cristina, que sin una fuerza política
homogénea, hayan avanzado todo lo que se ha logrado avanzar, al establecer una
ruptura diríamos estructural con el neoliberalismo en nuestra Patria. A pesar
de la trampa en la que estamos envueltos con el Pacto de Olivos, que establece
una legislación donde prácticamente son los tribunales internacionales y el
CIADI los que determinan el derecho de propiedad en nuestro país. La
profundización es un proceso y los niveles de profundización siempre van a
depender de la capacidad de las fuerzas políticas y sociales de poder impulsar
cambios cada vez más profundos. Eso ya no depende de una sola persona por más
buena voluntad que tenga. Este proceso no terminará de afirmarse y asegurarse
hasta que no cuente con una fuerza política que lo sostenga, un frente que esté
en condiciones de asegurar con movilización, con conciencia y con organización
el proceso de cambio en la Argentina. Desarrollar lo que nosotros desde el
punto de vista marxista leninista llamamos el factor subjetivo, que es la
organización y la conciencia puesta en marcha.
¿Cómo observás lo que se viene?
Tenemos la conducción indiscutida que es Cristina, con plena lucidez y un
enorme respaldo popular para poder avanzar. La contradicción entre pueblo o
monopolios se va a agudizar más temprano que tarde. Consolidar lo que
alcanzamos es la primera medida de profundización. Es decir, afirmar el proceso
de redistribución de la riqueza que se inició hace 8 años, con más trabajo, más
inclusión y más disminución de la pobreza. Es también, como dijo Cristina, más
educación y formación para la preparación para el futuro de la Argentina;
significa más salud y la construcción de más hospitales; significa avanzar en
la ciencia y su aplicación en la producción; la incorporación de cientos de
miles de cooperativistas en el marco del Plan Agroalimentario; junto a las más
de 800 mil soluciones habitacionales, promover créditos blandos para la
obtención de nuevas viviendas. A mi entender, la profundización es continuar
con el rumbo que iniciamos en 2003, afirmarlo y convertirlo en leyes. Es más
sencillo decir “todo lo que habría que hacer”, y estamos dispuestos a hacer
todos los esfuerzos para avanzar, pero no estamos de acuerdo con ladrarle a la
luna. Creemos que efectivamente se pueden adoptar algunas medidas en el futuro
que van a depender ahora del Parlamento, en cuanto a la ley de tierras, la de
entidades financieras, en cuanto a una reforma tributaria. Habría que pensar en
la necesidad de una reforma constitucional que se corresponda con el Proyecto
Nacional y Popular y con los cambios antineoliberales que se han producido.
Porque la Constitución del 94 es un instrumento al servicio del neoliberalismo
y la profundización de los cambios en la Argentina va a estar asociada
íntimamente a la reforma de la Constitución.
Has hablado en otras ocasiones de un mundo en transición…
Acabamos de cumplir 15 años como Partido. Hoy nos encontramos con un Mundo, una
América Latina y una Argentina diferentes a la que teníamos en 1996. La
necesidad de cambios profundos va encarnando en la gran mayoría de pueblos y
gobiernos; se afirma la urgencia de unirse y coordinar para poner fin a una
política neoliberal impulsada por el imperialismo que hace enormes esfuerzos
para no sucumbir, causando en estos momentos nuevas calamidades, miseria y
desocupación, guerras contra los pueblos para defender los intereses del gran
capital financiero. La contradicción principal entonces es entre la oligarquía
financiera trasnacional o la humanidad. En América Latina, si hubieran
derrotado a la Revolución Cubana hubiera cundido el escepticismo también en
nuestro continente. Sin embargo, la resistencia de Cuba Socialista a pesar de
todas las dificultades permitió que empezaran a surgir primero algunas
golondrinas como Venezuela y que después se generalizara y se convirtiera
nuestro continente latinoamericano en una región de paz, que se organizó desde
la UNASUR, desde el ALBA, y que está en condiciones de marchar a la
construcción de la CELAC como alternativa a la OEA; que está en condiciones de
negociar pacíficamente sus conflictos, sin intromisión de otras potencias
extranjeras y que puede dar un aporte a la humanidad muy grande sumándose a las
fuerzas multipolares que se van desplegando en el mundo en confrontación con
los países imperialistas.
¿Cómo ves al Partido en esta etapa?
El PCCE se está convirtiendo en una organización ya no sólo respetada por sus
posiciones ideológicas y políticas, sino que empieza a adquirir un grado de
fuerza estructurada, que le permite empezar a ser protagonista del proceso de
construcción frentista en el que en este momento estamos abocados. Empezamos a
encontrar los caminos para desarrollar el Frente, en lo que llamamos el
peronismo kirchnerista, en las fuerzas de los partidos populares que están
respaldando este proyecto nacional, en las organizaciones sociales que fueron
protagonistas muy activos del 2001 y que mantienen toda su voluntad y
disposición a avanzar en la profundización de los cambios en la Argentina. Y
también en sectores del peronismo, que aún no siendo kirchneristas, tienen
puntos de aproximación con la política de patriotismo y latinoamericanismo que
expresa el gobierno de Cristina Kirchner. Es con ellos, con los independientes,
con la intelectualidad progresista, con la juventud, con las mujeres, que nos
proponemos construir en estos próximos cuatro años un frente con un contenido
nacional y popular. Y dentro de ese frente aspiramos a que los revolucionarios,
los más consecuentes, los más decididos para avanzar en los cambios futuros,
vayamos encontrando los puntos de unidad necesarios, pensando en la fuerza
política revolucionaria que necesitará la Argentina para poder actuar después
de que se construya -como dijo Néstor- el puente de plata que tan bien él
visualizó. Siempre nuestro mensaje desde la creación del Partido fue ese. La
diferencia es que no podíamos dar más que mensajes hace 15 años y hoy podemos
ser protagonistas con el cuerpo a partir del esfuerzo que hemos realizado
colectivamente durante estos años.
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