1917 - 7 de noviembre - 2011
Se cumplen 94 años de la gloriosa revolución que desplazó del poder al zarismo, a la nobleza y a los grandes capitalistas. Nacía el nuevo poder soviético de trabajadores y campesinos, esa experiencia inédita que se granjeó la simpatía y despertó la esperanza de millones de hombres y mujeres, en un mundo sacudido por la crisis y la guerra. A 20 años del derrumbe de la Unión Soviética, la evocación se torna vivencia de gran intensidad al experimentar la crisis global, el dictado y las agresiones de EEUU y la OTAN a los pueblos y naciones. Surge la reflexión en torno al porqué de aquella derrota temporaria, junto a la búsqueda de caminos y al compromiso en la lucha para que la Humanidad retome su rumbo progresivo. Decíamos en nuestras primeras publicaciones de 1993, que cuando el primer país del socialismo confrontó desde una actitud de principios con el imperialismo, éste no pudo cumplir su objetivo de “ahogar al niño en su cuna”: analfabeto, harapiento y hambriento, derrotó la agresión de las principales potencias de su época. Devastado por la guerra, se puso en pié y en el increíble lapso de 20 años realizó proezas históricas, como la industrialización. Atacado en 1941, por la entonces mayor maquinaria de guerra de la historia, la derrotó. Salido de la Segunda Guerra Mundial, cargando con 27 millones de muertos y con la destrucción del 30% de su riqueza, tuvo aún fuerzas para superar al sistema imperialista en una cantidad de esferas. Sólo lo aventajaba la potencia imperialista yanqui, que para mantener su primacía, roba y destripa a mansalva sobre el planeta. Pese a todas las calamidades, dio respuesta a las necesidades y derechos más elementales de su pueblo, por las que hoy se lucha en nuestros sufridos continentes. Alentó directamente procesos de liberación nacional y social en Europa, Asia, Africa y America Latina. Su ejemplo forzó a las burguesías de grandes países a dar concesiones a sus trabajadores y fue el factor decisivo para impedir una Tercera Guerra Mundial de carácter nuclear. Si la URSS se derrumbó, no fue porque el imperialismo lo superara, sino por sus propios errores y desviaciones, sobre las que el enemigo actuó , porque no pudo superar las limitaciones que le impedían avanzar más lejos en la senda del socialismo. Pero la historia avanza aún en tiempos de contrarrevolución, decía Lenin. Por sobre los peligros que ocasiona la crisis neoliberal, hoy los pueblos resisten y en nuestra América, con Cuba y los gobiernos progresistas a la cabeza, avanzan en la lucha por la liberación nacional, la Paz y el Socialismo. |
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