Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista

lunes, 4 de junio de 2012

LOS FORMADORES DE PRECIOS Y EL RUMBO NACIONAL


La mayor parte del salario (que representa la mayor parte de la sociedad) es destinada a alimentos, elemento esencial para la vida independientemente de necesidades culturales (ayer, hoy y mañana). Antes del gobierno de Néstor Kirchner, vivíamos en “el infierno” de hambrientos, de crecientes comedores comunitarios, de desocupados.

La inflación y los formadores de precios

El principal rubro del Índice de Precios al Consumidor (IPC) es el de alimentos y bebidas.
Si bien el aumento de precios puede tener más de una causa, la inflación es en esencia un procedimiento de disminución del salario real, del poder adquisitivo, mediante el aumento de los precios. La inflación no es una ley de la naturaleza como la de la Gravedad. Los empresarios dicen, por ejemplo, “si aumento los salarios tengo que aumentar el precio del producto que fabrico” dando por natural que deben tener un piso de ganancia, cuando no piensan en aumentarla. Su meta es la ganancia y es por esto que, haciendo sus cuentas, muchas veces prefieren aumentar los precios y no la producción para obtener la misma ganancia. A esto  se la llama “puja redistributiva”.
Por  pensar así, muchos empresarios fueron funcionales al neoliberalismo que cerró fábricas en los ´90, fundiéndolos a ellos también.

El rol del Estado

Las corporaciones, los monopolios u oligopolios, que son los formadores de precios, discuten el rol del Estado: “Cristina no puede meterse”, “Moreno no puede fijarnos los precios”.
Sin intervención del Estado, por ejemplo, cuando los internacionales de los alimentos y commodities (como el del combustible) suben, esos aumentos se trasladan al mercado interno. Con determinadas magnitudes de retenciones a esas exportaciones –entre otras posibles medidas-, los empresarios ganan menos o lo mismo exportando que volcando la producción al mercado interno.
Si la inflación pasa un límite, al aumentar el costo de la producción, en dólares, genera un retraso del tipo de cambio, que hará que el dólar cueste menos de lo adecuado. Esta caída del tipo de cambio haría menos competitivas nuestras exportaciones y más baratas las importaciones, llevándonos a un déficit de la balanza comercial, que haría que la economía crezca menos y que aumente la desocupación, lo que vivimos con Menem y De la Rúa. O habría que devaluar la moneda, que el dólar cueste más, produciendo la disminución del poder adquisitivo del salario, lo que vivimos con Duhalde.

El rumbo y Cristina

Tendencialmente, en Argentina el salario real disminuyó en el período 1976-2002 y creció en el 2003-2012 (además, en los mismos períodos bajaron y subieron los beneficios no salariales para el pueblo como la inversión en infraestructura, ciencia, educación, etc.)
 Tanto los abanderados de poner en primer plano devaluar o valuar el peso respecto del dólar sin tener en cuenta el conjunto de los aspectos económicos (situación internacional, grado de industrialización, integración latinoamericana, desendeudamiento, recuperación de las AFJP, reforma de la Carta Orgánica del Banco Central e YPF, entre otros) y políticos, nos conducen a una derrota. Mucho más en la época del predominio mundial del capital financiero, especulativo.

La solución de fondo

Al cambiarla realidad, para continuar el mismo rumbo, las medidas no pueden ser siempre las mismas sino que algunas deben cambiar, variar, diversificarse e incluso las que ayer fueron positivas, hoy o mañana pueden resultar negativas. Desde 2003 se ha demostrado esa capacidad determinante.
La solución de fondo para tener un salario justo y controlar los precios es estar “unidos y organizados”, es la fuerza política que entienda las complejidades del rumbo, compuesta por miles y miles de “Moreno” que participen para cambiar la correlación de fuerzas sin pensar que las conquistas desde 2003 son “derecho adquirido” (como la Ley de la Gravedad), ni que pueden consolidarse y profundizarse sin su participación.

No hay comentarios.: