NÉSTOR KIRCHNER Conciencia y pasión

Por Rodolfo G. Módena

Dolorosa e inesperadamente, un 27 de octubre de hace tres años, moría Néstor Carlos Kirchner, el hombre que cambió la historia un 25 de mayo de 2003. Quedaba atrás la crisis terminal del proyecto neoliberal iniciado en la Dictadura cívico - militar del ‘76. Otro país empezó a pujar de la mano de ese líder que supo interpretar el tiempo histórico que le tocaba protagonizar y no vaciló en tomar las medidas más audaces y difíciles para sacar el barco de la nación a flote y ponerlo a navegar de cara a un porvenir venturoso para nuestro pueblo. La crisis del 2001, el estallido popular y los muertos por la represión fueron el abono terrible que haría que Kirchner, con apenas un 22 % de los votos, asumiera la presidencia comprometiéndose a no dejar sus principios en la puerta de la Casa Rosada. No vamos a enumerar las acciones de gobierno ni los índices de crecimiento económico y desarrollo social de esta década ganada. Vamos, en cambio, a afirmar que en la Historia Argentina, habrá un antes y un después. Una emergencia necesaria, que fue tan sorprendente como su prematura muerte. Un nacimiento, un parto, el alumbrón de un nuevo movimiento histórico que supo unir y proyectar a lo mejor de la tradición peronista con lo mejor de otras tradiciones del campo nacional y popular: el kirchnerismo. En 2005, Néstor nos dijo que habría que prepararse para gobernar con el 30% de los votos, y que si ese tercio lograba consolidarse y organizarse, frente a una oposición sin consistencia, habría con qué seguir adelante. Ocho años después, resuena aquella reflexión nuevamente, para afirmarnos en la convicción de que se va consolidando esa fuerza política plural, democrática, nacional, popular y latinoamericanista capaz de dar proyección, con amplitud y profundidad, al sueño de la Patria Nueva que venimos construyendo. Una fuerza frentista en la que confluyen, en unidad y diversidad, las tres vertientes ideológicas del proceso antiimperialista y revolucionario latinoamericano: el nacionalismo popular revolucionario, el cristianismo de liberación y el marxismo-leninismo. Y sobre todo porque se ha forjado una nueva generación militante, inspirada en el legado político de Néstor Kirchner y el espíritu transformador de la generación del `70 y de nuestros de-saparecidos. Una generación que ha asumido y relanzado el sueño de los revolucionarios de Mayo y los Libertadores de América, para hacerlos realidad en este nuevo tiempo latinoamericano: la Generación del Bicentenario. Los comunistas del PCCE, con el liderazgo del inolvidable Jorge Pereyra, nos hicimos cargo de ese saber y sentir. Lo hacemos desde el 2003, digamos que “de la primera hora”. Lo lloramos a Néstor con el pueblo en el 2010. Y este 27 de octubre, junto a Cristina, volvimos a gritar a conciencia y con pasión revolucionaria: ¡Néstor Vive!