La Calamita
por Hugo E. Ojeda
Responsabilidad del IIº Cuerpo de Ejército
El caso mas conmovedor, traumático y complicado que debí afrontar ejerciendo la dirección del partido de la provincia de Santa Fe fue sin duda el secuestro del compañero Tito Messiez, por su profundo carácter humano, donde la alternativa era la vida o la muerte de un camarada. Las difíciles y complicadas políticas que debí afrontar tenían un carácter totalmente diferente: aun en caso de error teníamos la posibilidad de corregirlo. Ante el secuestro de Tito, no había alternativa: le salvábamos la vida o era asesinado. Y esto, dado el entrañable afecto que le teníamos quienes lo conocimos, al igual que a su familia, convertía el hecho en una situación dramática.
Tito fue detenido-secuestrado cuando concurrió a la copistería "La Manija" a retirar un material de propaganda para los obreros rurales del departamento Constitución.
Desde un primer momento tuvimos plena conciencia del riesgo que corría, dados los antecedentes de su militancia conocidos por las fuerzas represivas y por el carácter criminal del General Galtieri comandante del IIº Cuerpo de Ejercito. No nos hicimos ninguna clase de ilusiones, sabíamos que la vida de Tito estaba en peligro.
Supimos de la detención de Tito y de las circunstancias que la rodearon casi inmediatamente: una de las dueñas de "La Manija" era amiga de una camarada y en confianza le contó los detalles. En uno de los controles sistemáticos que realizaban las fuerzas de seguridad en las imprentas y copisterias encontraron el material que había encargado Tito. El Comando cito a las propietarias y luego de amedrentarlas, les ordenaron que cuando pasaran a retirar el trabajo dijeran que no estaba listo y que fueran a buscarlo el próximo lunes a tal hora. Ellos estarían esperando. Así se consumo la detención de Tito.
Partiendo de este cuadro de situación el secretariado discutió la táctica para afrontarlo: en primer lugar se estableció que el objetivo fundamental era salvar la vida de Tito, era en realidad el único objetivo. Para ello se decidió aparentar ante el Comando que sabíamos mas de lo que sabíamos; se discutió también sobre la conveniencia de , una vez hecha la denuncia formal, realizar una profusa denuncia publica, propagandística, teniendo en cuente la experiencia en Córdoba donde se logro la libertad de un compañero secuestrado mediante la denuncia publica.
El plan táctico fue discutido y aprobado por el secretariado y la comisión política en reuniones en las que era invitada y participaba Susana Oses, la compañera de Tito, quien con mucha entereza enfrento la situación.
La denuncia formal se hizo inmediatamente ante el Ministerio del Interior, la intervención en el gobierno provincial, al Comando del IIº cuerpo de ejercito, la Jefatura de la Policía provincial
Para la denuncia publica se elaboro un volante que se distribuyo profusamente; en el comenzábamos por denunciar la intervención del IIº cuerpo en el secuestro de Tito; señalábamos con fuerza que Tito era un patriota comunista, luchador por la vigencia de la democracia y la soberanía nacional y que no había razón para su detención. A continuación denunciábamos la existencia en la provincia de un sistema de secuestros y torturas: "el pozo" en la Jefatura de policía y cárceles clandestinas donde se mantenía a personas con vida, secuestradas y torturadas. Terminábamos exigiendo la aparición con vida de Tito Messiez.
Dos o tres días después de la difusión de este volante, el Dr. Alberto Jaime compañero apoderado del Partido recibió una citación del Comando para la dirección del partido. No quedaba claro si era en respuesta a un pedido de audiencia nuestro o por las denuncias realizadas. Como secretario concurrí con el Dr. Jaime; nos recibió el coronel Gazzari Barroso, Jefe de operaciones. Luego de algunas frases de conveniencia el coronel saco del cajón de su escritorio un ejemplar del volante que habíamos difundido. Nos pregunto si lo conocíamos, estaba profusamente subrayado con lápiz rojo y azul; el volante estaba firmado por el Partido Comunista y yo era el secretario, y aunque Alberto Jaime como buen abogado trato de absolverme, decidí que era absurdo negarlo así que manifesté que era nuestro. Gazzari Barroso, muy serio, dijo: " Tendría que meterlos presos", pero que lo había consultado con el general Galtieri y habían resuelto- por esta vez- hacernos una advertencia, pero que no debía repetirse etc. etc.…
Cuando termino su filípica le pregunte si con la misma claridad con el que el había hablado podíamos hacerlo nosotros. "Como no" respondió. Entonces tome la palabra y comencé por afirmar que en el secuestro de Messiez había participado el IIº Cuerpo. "No…" alcanzo a decir, pero con mucha firmeza no lo deje continuar e insistí: "Si, participo" y añadí: "Nosotros conocemos como fue detenido Messiez" y proseguí: "Posiblemente este alojado en una casa llamada "La Calamita" en Granadero Baigorria"
"¿Cómo, como…?" pregunto Gazzari Barroso. Insistí señalando la calle en la que estaba ubicada, a que distancia aproximada de otra calle, después del paso a nivel etc.
(Aquí se interrumpe el relato, entendemos que este recuerdo de la desaparición y asesinato del camarada Tito, al que Hugo tenía un alto aprecio le impidió seguirlo. Se sumó a ello, también a lo que relata Hugo: "El principio de 2006 fue aciago: en enero murió mi camarada y amigo Natalio Sviser y el 6 de febrero me dejó Rosa, mi compañera, después de una larga compañía de 56 años. Se fueron mis viejos queridos, dejándome en medio de la desolación, sus luminosas memorias..."
Inútiles fueron nuestros pedidos de que continuara)
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