Yanis Varoufakis - Ministro de Economía de Grecia.
Han pasado dos años desde que se escribió la primera edición de El Minotauro Global. El pronóstico hecho allí no auguraba nada bueno para la bestia. ¿Ha confirmado lo ocurrido desde entonces que las heridas del Minotauro Global eran demasiado profundas como para permitirle seguir con su milagroso reciclaje del excedente global? ¿Sigue siendo esa la mejor explicación disponible para entender por qué la economía norteamericana, la europea y aun el conjunto de la economía mundial se tambalean? ¿Para entender por qué la inseguridad generalizada se ha convertido en la "nueva normalidad"? Esas son las cuestiones que me planteo en la segunda edición del libro.
Han pasado dos años desde que se escribió la primera edición de El Minotauro Global. El pronóstico hecho allí no auguraba nada bueno para la bestia. ¿Ha confirmado lo ocurrido desde entonces que las heridas del Minotauro Global eran demasiado profundas como para permitirle seguir con su milagroso reciclaje del excedente global? ¿Sigue siendo esa la mejor explicación disponible para entender por qué la economía norteamericana, la europea y aun el conjunto de la economía mundial se tambalean? ¿Para entender por qué la inseguridad generalizada se ha convertido en la "nueva normalidad"? Esas son las cuestiones que me planteo en la segunda edición del libro.
Para
ser digna de una estimación seria, una teoría sobre lo que funcionó
mal en la economía global no sólo debe ofrecer una explicación lógica
del pasado; está también obligada a describir los desarrollos futuros
que podrían refutarla. A la vista de lo ocurrido
durante estos dos últimos años, ¿pasa la prueba el argumento central de
este libro? Antes de responder a esta cuestión, será útil reformular
con claridad (y con ayuda de un diagrama) la "Hipótesis del Minotauro
Global" que subyace al libro. Tras recordar al lector la hipótesis,
pasaremos revista a una serie de "hechos" que habrían refutado la
hipótesis, caso de suceder. Como espero mostrar luego, el sentido
explicativo originario, la Hipótesis del Minotauro Global, sobrevive
muy bien a la prueba de refutación. Y al pasar esa prueba, arroja una
útil luz sobre los debates políticos actuales en el drama que se
desarrolla ante nuestros ojos por tres vías paralelas: Norteamérica,
Europa, China.
La Hipótesis del Minotauro Global: un sumario [1]
A
partir de los años 70 los EEUU comenzaron a absorber una gran porción
del excedente de productos industriales del resto del mundo. Las
importaciones netas norteamericanas eran, naturalmente, las
exportaciones netas de países excedentarios como Alemania, Japón y
China; su principal fuente de demanda. A su vez, los beneficios
obtenidos por los empresarios de las naciones excedentarias regresaban
diariamente a Wall Street en busca de mayores retornos. Wall Street,
entonces, se servía de esos aflujos de capital extranjero para tres
cosas: a) proporcionar crédito a los consumidores norteamericanos; b)
invertir directamente en las grandes corporaciones empresariales
norteamericanas; y por supuesto, c) comprar bonos del Tesoro
estadounidense (es decir, financiar los déficits del gobierno
norteamericano).
Central
en este Mecanismo de Reciclaje del Exdedente Global al que he llamado
Minotauro Global eran los dos déficits gargantuescos de los EEUU: el déficit comercial y el déficit presupuestario
del gobierno federal. Sin ellos, sostenía en mi libro, el flujo
circular global de bienes y capital (véase, más abajo, el diagrama) no
habría "cerrado", lo que habría traído consigo la desestabilización de
la economía global.
Este
sistema de reciclaje quebró, porque Wall Street se aprovechó de su
posición central en él para construir colosales pirámides de dinero
privado a partir de los beneficios netos que afluían a los EEUU
procedentes del resto del mundo. El proceso de creación de dinero
privado por parte de los bancos de Wall Street, también conocido como financiarización,
inyectó mucha energía en el esquema de reciclaje, en la medida en que
rezumaba vitalidad financiera permanentemente renovada, lo que
alimentaba un nivel de demanda más y más acelerado en los EEUU, en
Europa (cuyos bancos no tardaron en subirse al carro de la creación
privada de dinero) y Asia. Pero eso fue lo que trajo consigo su
quiebra.
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