VENEZUELA: El golpe continuado

Se intensifican las acciones del enemigo con la pretensión de diseminar la violencia y propiciar un escenario de guerra civil que justifique una intervención extranjera. El pueblo de Chávez mantiene la calma, aunque en alerta y movilización. La consigna para aislar a los golpistas es Paz, Paz y Paz.
Si hay un país, una nación, un pueblo, un gobierno constitucional que conoce del odio visceral y el ensañamiento de la derecha vernácula y del imperialismo en esta etapa de la historia latinoamericana, ese país es sin duda Venezuela.
Desde el 11 de abril de 2002 a la fecha, el pueblo venezolano ha respondido en las calles y en las urnas a cada intento de abortar la Revolución Bonita.
Tras la muerte de Chávez y la asunción de Maduro se redoblaron los esfuerzos a caballo de una guerra económica y mediática con acciones desestabilizadoras que incluyen desabastecimiento, aumento indiscriminado e injustificado de artículos de primera necesidad, acaparamiento, manipulación del precio del petróleo, unidos a acciones callejeras, guarimbas y violencia: concatenan a este combo una intensa campaña de desinformación y criminalización del gobierno popular. En ese marco se produjo la muerte de un adolescente durante una movilización opositora, en este caso por un perdigón policial. El escenario fue nuevamente el municipio de San Cristóbal (Táchira) cuyo alcalde se encuentra detenido por haber impulsado las acciones golpistas de febrero de 2014, que la derecha consagró como “La Salida”.
Días atrás, el gobierno revolucionario logró desbaratar un nuevo intento de zarpazo que sería protagonizado por miembros de la Fuerza Aérea, y que incluía el bombardeo de puntos estratégicos de Caracas, entre ellos el Palacio de Miraflores. En simultáneo, la Administración Obama aplicaba sanciones a las autoridades venezolanas, lo que motivó un repudio sonoro de los gobiernos del MERCOSUR, UNASUR y CELAC. El disparo inicial fue la publicación del llamado Acuerdo Nacional para la Transición, suscripto por los mercenarios Antonio Ledezma (Alcalde Mayor de Caracas), María Corina Machado y Leopoldo López. Era el primer paso que desencadenaría con mayor virulencia la intentona golpista.
“Estamos desmantelando un golpe continuado promovido desde el gobierno de los Estados Unidos”, precisó recientemente el presidente Maduro. La descarada injerencia de los yanquis en los asuntos internos de Venezuela obligó al gobierno bolivariano a adoptar medidas tendientes a limitar el ingreso de ciudadanos norteamericanos al país y la obligación de informar sobre las reuniones que se realicen entre opositores y diplomáticos yanquis. El despliegue de la Embajada de los Estados Unidos en la ofensiva desestabilizadora es obsceno. El pueblo de Chávez mantiene la calma, aunque en alerta y movilización. La consigna para aislar a los golpistas es Paz, Paz y Paz.

Partido Comunista Congreso Extraordinario (PCCE)

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