En
la VI Cumbre de las Américas realizada en Colombia en 2012, el bloque
latinoamericano había advertido que no habría una séptima edición si no
participaba la República de Cuba. Podemos decir que se ha conformado un
cuerpo continental que, aunque heterogéneo, defiende princ
ipios
comunes vinculados estrictamente a los intereses de América Latina.
Nadie está dispuesto a sacar los pies del plato. Se ha privilegiado la
unidad en la diversidad, lo que dio origen a la CELAC en 2011, un
verdadero golpe a la hegemonía de los Estados Unidos en la región. Lo
sucedido días atrás en Panamá (VII Cumbre de la OEA) con la presencia
victoriosa de Cuba Socialista, es resultado de este proceso, que se
inició en 1998 con la llegada del comandante Chávez, pero que hubiese
sido inconcebible sin la resistencia heroica de la Revolución Cubana, en
particular cuando el neoliberalismo impuso en los ‘90 su dominio
unipolar.La VII Cumbre reflejó el cambio en la correlación de fuerzas
que se ha registrado en nuestro continente, con un antecedente
fundamental como lo fue el No al ALCA en Mar del Plata, donde brilló
Néstor Kirchner. Obama llegó a Panamá galopando, pero lo bajaron del
caballo en la primera y única sesión plenaria. Tuvo que recular, por lo
menos en ese contexto. Prevalecieron las posiciones objetivamente
antimperialistas de aquellos países que empujan decididamente el carro
de la integración. Las palabras del compañero Raúl Castro en nombre de
Cuba Socialista fueron la materialización de las convicciones, de los
principios, del honor con el que sólo puede hablar un pueblo como el
cubano, bloqueado, agredido, pero invicto. “Hemos venido a esta Cumbre a
cumplir el mandato de Martí, con la libertad conquistada con nuestras
propias manos”, concluyó el legendario Comandante y lugarteniente de
Fidel. Quien también brilló fue nuestra compañera Cristina. Apuntó con
precisión al cinismo de los Estados Unidos, a su condición de gendarme
global, a su nefasto rol en la historia latinoamericana, al absurdo de
considerar a Venezuela una “amenaza”, el pretexto perfecto para
agredirla. Y profundizó en particular sobre las nuevas formas de
desestabilización o golpes suaves, teledirigidos desde el norte. Es
difícil mensurar la tirria de los nostálgicos de las relaciones
carnales, del “Dios lo bendiga mister president”, de la Argentina como
conejillo de Indias del imperialismo. Incluso antes de esta
intervención, las usinas mediáticas del enemigo habían destinado chorros
de tinta para denostar la política exterior de nuestro gobierno, al
anunciarse la visita de Estado que encabezará la Presidenta a la
Federación Rusa el próximo 22 de abril.Sin embargo, el trago más amargo
que tiene que digerir la derecha es que estas ideas, estas posiciones
soberanas y latinoamericanistas tienen un extenso respaldo en la
población. Si así no fuera, no crecería de manera sostenida la
aprobación social de Cristina. Cuando restan ocho meses para el final de
su mandato y tras casi siete años y medio de gestión al frente del
Poder Ejecutivo, las evaluaciones positivas superan el 45 por ciento de
los consultados. ¿Fin de ciclo? Ya no hablan del tema. Se les disparó el
alerta aún más cuando observaron los resultados de las Primarias en
Salta, donde la fórmula del Frente para Victoria obtuvo una diferencia
de 14 puntos respecto al segundo. El poder real se había propuesto que
Cristina no llegue a octubre o que llegue en muletas sin la más mínima
posibilidad de incidir en las candidaturas. Fueron espesando las
provocaciones hasta llegar a Nisman, pero aun así no logran el efecto
deseado. En un acto desesperado dispararon contra el compañero Máximo
Kirchner, quien aprovechó la oportunidad, se explayó con precisas
definiciones políticas y produjo un verdadero impacto de cara al proceso
electoral. ¿Qué les queda por hacer? Por lo pronto, poner las barbas en
remojo. Mientras el industrial Héctor Méndez (promotor de las
candidaturas opositoras) pedía por el fin de las paritarias, la
Presidenta entregaba la jubilación 450 mil de la nueva moratoria, siendo
ya más de 3 millones los incorporados al sistema previsional. Si
logramos instalar la discusión de los dos proyectos, pierden.Esa es
nuestra tarea, abajo, casa por casa, esclareciendo lo que está en juego.
La definición de las candidaturas está en las mejores manos, las de la
conducción, las de Cristina.
Editorial de "Nuestra Palabra", Periódico del Partido Comunista C.E. - (P.C.C.E.)
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