Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía. Vladimir Ilitch Ulianov (LENIN)
Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista
miércoles, 3 de junio de 2015
DEFENDER LO CONQUISTADO
Depende de nosotros
La Semana de Mayo culminó en lo que podemos considerar una de las movilizaciones políticas más importantes de la historia de nuestro país. Transcurridos 12 años de la asunción de Néstor, el último 25 de mayo está lejos de constituir una fotografía: es el resultado de un complejo proceso de acumulación de fuerzas, cuyo punto de partida es el cuadro desolador de diciembre de 2001. Por eso es tal el impacto de esa enorme marea humana (más de 800 mil compatriotas) donde nuevamente predominó lo que la Presidenta llama gente suelta.
Espontánea u organizadamente, el núcleo de la convocatoria es la identificación con el Proyecto Nacional, Popular y Democrático, y fundamentalmente el reconocimiento a un liderazgo como el de Cristina que trasciende a su investidura y a cualquier explicación de carácter coyuntural. Sin intermediarios en su vínculo político con las masas, Cristina es la líder del pueblo argentino, quien mejor ha sabido interpretar y resolver las aspiraciones de las grandes mayorías. Y lo ha hecho en condiciones de permanente adversidad, luchando frontalmente contra los intereses del imperialismo en nuestro país.
En el ejercicio de la conducción política, la Presidenta es la primera en advertir el rol insustituible del pueblo en la defensa de los logros alcanzados. “No se trata de irse o de quedarse: este es un proyecto colectivo, no puede depender de una sola persona, depende de ustedes para que sea ejecutado, profundizado y llevado a adelante.” Es sólo un acotadísimo pasaje de un discurso memorable que atravesó los hitos fundamentales de estos años, pero que abrevó en el análisis histórico y especialmente en la perspectiva estratégica de cara al futuro. Ese fue el nervio principal de la Semana de Mayo y de las definiciones de Cristina: esclarecer sobre lo que está en juego y de que es el pueblo en definitiva el único garante de lo conquistado. Por eso es decisiva la organización.
Los que auguraban un fin de ciclo ya no lo hacen, los que vaticinaban una derrota del Frente para la Victoria tampoco se atreven, y los que ensayaban un réquiem para Cristina tuvieron su baño de realidad el pasado 25 de mayo. No sólo será determinante su rol en los contenidos principales de la campaña, sino también en los cierres electorales nacionales, provinciales y municipales. De alguna forma, es el mandato popular que emanó de la Plaza histórica: Cristina sigue al frente.
El poder real se revuelve entre el estupor, la impotencia y el impulso desestabilizador. Se les acortan los plazos, sus variantes políticas no llegan y millones colman las calles reeditando el clima social del Bicentenario. En todas las instancias Primarias el FpV se desempeñó positivamente y en algunos casos arrasó, como en Salta y el Chaco. Lejos quedó la posibilidad de instalar una sensación de derrota en el camino a octubre. Para colmo, la actividad económica creció en términos interanuales, los índices de desocupación se mantienen en sus mínimos históricos (7,1 % el más reciente) y sigue ganando terreno el consumo popular.
En simultáneo con el anuncio de que más de 2 millones de trabajadores (enmarcados en los cinco gremios más importantes) acordaban en paritarias aumentos salariales que oscilan el 27%, los sindicatos del transporte lanzaban un paro general. Son los recursos que les quedan, pero por ese mismo motivo Cristina nos llamó a estar atentos.
Vivimos días históricos que permanecerán en nuestras retinas para siempre. Vivimos 12 años históricos con conquistas impensadas en una nación que estuvo al borde de su desintegración, que evaluó saldar intereses de la deuda con pedazos de su territorio.
Pero recuperamos la Patria, y más importante aún, la convicción patriótica. Eso es irreversible.
Editorial de "Nuestra Palabra", Periódico del PCCE
www.pcce.com.ar
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