Fue en
la segunda y última jornada de la 44ta. Asamblea General de la OEA.
Varios países advirtieron que no irán si los cubanos no están presentes.
La reunión de los presidentes de todo el continente será en 2015 en
Panamá.
"No es una fiesta en la que uno invita a sus amigos o no", ironizó el canciller argentino Héctor Timerman.
Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua condicionaron su presencia en el encuentro a que Cuba sea formalmente invitada, y otros como México y Brasil no fueron tan lejos pero respaldaron la presencia de la isla.
La discusión tuvo lugar durante el informe del Grupo de Revisión de Implementación de Cumbres, en el que el representante de Panamá aludió a la próxima cumbre presidencial, resuelta en el 2012 en la colombiana Cartagena de Indias.
Enseguida, el vicecanciller de Nicaragua, Denis Moncada, adelantó que Cuba iría a Panamá si es invitada "sin condicionamientos" y Argentina, a través del canciller Héctor Timerman, advirtió que "sería muy difícil" la presencia del país sin los cubanos en la mesa de discusiones.
"Seguimos discutiendo como si no hubiera existido el debate de Cartagena hace un tiempo. Ya la presidenta Cristina Fernández explicó que sería muy difícil participar si Cuba seguía afuera", subrayó Timerman.
Además, cuestionó que sea responsabilidad de Panamá, como país organizador, decidir la presencia o no de la delegación cubana. "No es una fiesta en la que uno invita a sus amigos o no", ironizó el canciller.
La embajadora de Estados Unidos ante la OEA, Carmen Lomellin, en cambio, expresó el deseo de su país de que "llegue el día en que pueda participar una Cuba democrática" en las cumbres, para ver "a toda la región representada".
"Debemos alentar a Cuba para que otorgue a sus ciudadanos los mismos derechos que tienen todos los ciudadanos de la región", manifestó Lomellin, que abogó por la conformación de un grupo que evalúe el estado de las democracias en el continente.
A su turno, el embajador de Bolivia ante la OEA, Diego Pary Rodríguez, manifestó que no podrá haber una cumbre de las Américas sin Cuba. "Si Cuba es excluida, también nos consideraremos excluidos", afirmó.
Brasil, a través de su embajador en Paraguay, Jose Martins Felicio, reclamó la presencia de Cuba como un paso necesario "para el diálogo latinoamericano", y el venezolano Roy Chaderton, embajador ante la OEA, juzgó que "ya es suficiente de precondiciones con Cuba, y es hora de completar la universalización de estas cumbres".
Finalmente, el canciller de Uruguay, Luis Almagro, evaluó que "nadie como Cuba encarna la solidaridad en el continente". "¿Cuándo invitar a Cuba? Ahora. No habrá mejores condiciones. Llegó el momento de sumarla", sentenció.
También el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, abogó por Cuba en la cumbre, al preguntarse "cómo vamos a convencer a alguien de que el sistema es bueno si no se lo incluye", y se declaró partidario "de un sistema americano donde participen todos los estados".
Ya en abril del 2012 las deliberaciones en la colombiana Cartagena pusieron en debate la cuestión Cuba, y varias delegaciones amenazaron con no ir -el presidente de Ecuador, Rafael Correa, efectivamente no participó- si no se sumaba a la isla.
Tres años antes, en junio del 2009, en la hondureña San Pedro Sula, la OEA había levantado la suspensión que pesaba sobre Cuba desde 1962, pero la isla siguió sin ser invitada a la cumbre presidencial y, aún así, tampoco retornó al organismo con sede en Washington.
"No es una fiesta en la que uno invita a sus amigos o no", ironizó el canciller argentino Héctor Timerman.
Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua condicionaron su presencia en el encuentro a que Cuba sea formalmente invitada, y otros como México y Brasil no fueron tan lejos pero respaldaron la presencia de la isla.
La discusión tuvo lugar durante el informe del Grupo de Revisión de Implementación de Cumbres, en el que el representante de Panamá aludió a la próxima cumbre presidencial, resuelta en el 2012 en la colombiana Cartagena de Indias.
Enseguida, el vicecanciller de Nicaragua, Denis Moncada, adelantó que Cuba iría a Panamá si es invitada "sin condicionamientos" y Argentina, a través del canciller Héctor Timerman, advirtió que "sería muy difícil" la presencia del país sin los cubanos en la mesa de discusiones.
"Seguimos discutiendo como si no hubiera existido el debate de Cartagena hace un tiempo. Ya la presidenta Cristina Fernández explicó que sería muy difícil participar si Cuba seguía afuera", subrayó Timerman.
Además, cuestionó que sea responsabilidad de Panamá, como país organizador, decidir la presencia o no de la delegación cubana. "No es una fiesta en la que uno invita a sus amigos o no", ironizó el canciller.
La embajadora de Estados Unidos ante la OEA, Carmen Lomellin, en cambio, expresó el deseo de su país de que "llegue el día en que pueda participar una Cuba democrática" en las cumbres, para ver "a toda la región representada".
"Debemos alentar a Cuba para que otorgue a sus ciudadanos los mismos derechos que tienen todos los ciudadanos de la región", manifestó Lomellin, que abogó por la conformación de un grupo que evalúe el estado de las democracias en el continente.
A su turno, el embajador de Bolivia ante la OEA, Diego Pary Rodríguez, manifestó que no podrá haber una cumbre de las Américas sin Cuba. "Si Cuba es excluida, también nos consideraremos excluidos", afirmó.
Brasil, a través de su embajador en Paraguay, Jose Martins Felicio, reclamó la presencia de Cuba como un paso necesario "para el diálogo latinoamericano", y el venezolano Roy Chaderton, embajador ante la OEA, juzgó que "ya es suficiente de precondiciones con Cuba, y es hora de completar la universalización de estas cumbres".
Finalmente, el canciller de Uruguay, Luis Almagro, evaluó que "nadie como Cuba encarna la solidaridad en el continente". "¿Cuándo invitar a Cuba? Ahora. No habrá mejores condiciones. Llegó el momento de sumarla", sentenció.
También el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, abogó por Cuba en la cumbre, al preguntarse "cómo vamos a convencer a alguien de que el sistema es bueno si no se lo incluye", y se declaró partidario "de un sistema americano donde participen todos los estados".
Ya en abril del 2012 las deliberaciones en la colombiana Cartagena pusieron en debate la cuestión Cuba, y varias delegaciones amenazaron con no ir -el presidente de Ecuador, Rafael Correa, efectivamente no participó- si no se sumaba a la isla.
Tres años antes, en junio del 2009, en la hondureña San Pedro Sula, la OEA había levantado la suspensión que pesaba sobre Cuba desde 1962, pero la isla siguió sin ser invitada a la cumbre presidencial y, aún así, tampoco retornó al organismo con sede en Washington.
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