Como el mundo es redondo se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, porque por esa pendiente el distraído, suele quedar de pronto a la derecha.Hay que escoger entre ser viento o ser veleta.
Armando Tejada Gómez - Poeta comunista

martes, 24 de junio de 2014

LA PATRIA O LOS BUITRES: No pasarán

La Argentina ha jugado un rol determinante durante la última década en la lucha frontal contra el neoliberalismo. En la resolución de la pesada herencia de los ’90 con anclaje en la dictadura, y con igual intensidad en la disputa global por un nuevo orden económico y financiero mundial. Siempre desde la tribuna latinoamericana. Néstor Kirchner fue el D’Artagnan en la batalla contra el ALCA (así lo bautizó el inmortal Chávez) pero incluso antes de ese hito histórico nuestro país ya había iniciado un proceso inédito de desendeudamiento soberano, con una quita extraordinaria, y con un requisito fundamental: nunca a costa del hambre del pueblo. La deuda externa fue y es la principal cadena de la dependencia de nuestras naciones frente a los factores de poder mundial. Durante la fase neoliberal del capitalismo, el sometimiento llegó a niveles de sumisión neocolonial. Entonces, la posición de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que en los hechos ratifica el fallo del buitre Thomas Griesa, no busca otra cosa que el escarmiento político. Pasamos de ser el mejor alumno a los peores del aula. “La agresividad del imperialismo y la derecha contra Cristina está asociada a la decisión soberana de liberarnos del peso de la deuda externa y los condicionamientos del FMI. Esas dos medidas no las perdonan”. Son palabras de Jorge Pereyra en su último Comité Central, el 2 de marzo de 2013. Una definición exacta.
La disputa trasciende las fronteras argentinas y divide aguas en el escenario internacional. En respaldo de nuestro país cerraron filas la CELAC, UNASUR, los BRICS y días atrás el G-77 + China reunido en Bolivia. Todos poderosos instrumentos del mundo multipolar. También naciones hundidas en crisis terminales que buscan reestructurar sus deudas. Incluso aliados circunstanciales miembros del G-20. Pero el hecho sobrepasa también la coyuntura específica e incorpora un debate más general. Cuál es el destino del mundo bajo el imperio de la especulación, de la timba, del dinero ficticio. En diferentes oportunidades el compañero Fidel alertó, con precisión científica, sobre la contradicción principal que hoy sacude al planeta: es la oligarquía financiera transnacional o la existencia misma de la humanidad. Con otros términos, la compañera Cristina ahondó sobre el mismo enfoque días atrás: “Puede parecer una consigna idealista o tal vez utópica: ‘Hacia un nuevo orden mundial para vivir bien’. Si no lo hacemos a tiempo, deberíamos hasta suprimir la palabra ‘bien’, porque vamos a tener que llegar un día a convocar a una reunión que diga simplemente: ‘Hacia un nuevo orden mundial para poder seguir viviendo’”.
Los fondos buitre son la escoria del movimiento especulativo, se mueven entre la carroña como son los activos financieros de países quebrados. La deuda emitida bajo legislación extranjera (resabio estructural de la dependencia neoliberal) es lo que les permite jugar de local en este tipo de maniobras, generando el escenario artificial y prefabricado de una Argentina al borde del abismo. El momento tampoco es casual, nuestro país venía liberándose de escollos financieros (CIADI-Repsol-Club de París) que trababan nuestras posibilidades y eran pasto además para la desestabilización económica, con eje en el dólar principalmente. Pero ya lo dijo la Presidenta por cadena nacional, “no vamos a ser sometidos a ninguna extorsión”. Ni de afuera ni de adentro. Lo anunció nuestro ministro de Economía Axel Kicillof, esto no nos sorprende, por eso se instrumentarán los mecanismos necesarios para preservar nuestra política de desendeudamiento, nuestra estabilidad y nuestra soberanía.
La Argentina, mal que les pese a algunos, conforma el pelotón de vanguardia de los que se plantan y desafían las imposiciones del imperialismo, y luchan con voluntad de acero porque un mundo mejor no solo es posible, es el único posible. Cristina es la conductora del proyecto nacional, la líder de nuestro pueblo, y ejerce también un liderazgo fundamental en el concierto de las naciones emergentes. Por eso, que quede claro: Cristina no está sola. Estamos tranquilos y seguros. No pasarán.

Editorial del periódico "Nuestra Palabra" del PCCE

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