ELECCIONES EN BRASIL
Con contundencia, la compañera Dilma se impuso en la primera
vuelta. Restando sólo dos semanas para la definición, la
disputa se perfila sin dobleces entre dos proyectos de país.
A pesar de la burda distorsión de las principales
encuestadoras, que trabajaron metódicamente por ubicar a
Dilma en permanente retroceso frente al ‘fenómeno’ Marina
Silva, finalmente la realidad se impuso con demoledora
claridad y despejó el escenario político brasilero de cara
al balotaje del próximo 26 de octubre. El triunfo del
Partido de los Trabajadores (PT), al frente de una amplia
coalición compuesta por 9 partidos, tiene relevancia
estratégica para el Brasil y para toda América Latina.
Relegada Marina y su táctica de confusión al tercer lugar,
la disputa se perfila sin dobleces entre dos proyectos de
país. Dilma (41,5%) frente a Aécio Neves (33,5%) el
candidato de la derecha neoliberal (PSDB), respaldado en
bloque y ahora sin fisuras por el conglomerado opositor
donde se articulan la oligarquía financiera, los grandes
medios de comunicación y el núcleo principal del
establishment industrial con sede en São Paulo. En
definitiva, la alternativa del imperialismo.
“El Brasil que recibimos de ellos (PSDB), más de la mitad
estaba compuesta por pobres y miserables. Hoy es diferente.
De cada cuatro brasileros, tres están en la clase media
mayoritariamente. Tenemos un cambio sustancial en el perfil
de los que son hoy la mayoría del país. Comparen los
‘monstruos del pasado’ con lo que sucede en mi gobierno. Él
(Aécio) puede usar retórica, pero la realidad se impondrá”,
afirmó la presidenta Dilma en una rueda de prensa posterior
a la elección. Así como en nuestro país, en el Brasil
también hay que apelar a la memoria colectiva respecto al
pasado reciente, a los devastadores gobiernos de Fernando
Henrique Cardoso, símbolo de las transformaciones
neoliberales en el Brasil durante la década del ’90. A
propósito, las primeras conclusiones de FHC tras el
resultado electoral fue que “el pobre vota a Dilma porque es
menos calificado”. Sin eufemismos.
La elección del pasado 5 de octubre determinó otro elemento
decisivo que permite explicar los alcances de la primera
vuelta. El PT y sus aliados (hay que destacar al PMDB y al
PCdoB) conservarán la mayoría parlamentaria en ambas
cámaras. En Diputados, el oficialismo contará con 304
legisladores propios sobre un total de 513 bancas. En el
caso de la Cámara Alta, Dilma conserva a 53 de los 81
senadores miembros.
Otro capítulo es el de las elecciones estaduales o
gobernaciones. En 7 de los 26 estados que conforman la
Federación se resolvió la contienda en primera vuelta. La
otra mitad se completará el 26 de este mes. En toda la
región norte (la más populosa y humilde) se impusieron con
claridad los candidatos de Dilma. Entre ellos debemos
mencionar los estados de Amazonas, Pará, Bahía, Maranhão,
Ceará, entre otros. También en otros estados de enorme
importancia (del centro hacia abajo del mapa) como Minas
Gerais y Río Grande do Sul. Estos últimos deben esperar al
segundo turno. En el sur rico del país continente se impuso
la derecha con claridad, empezando por São Paulo.
Restan sólo dos semanas para la definición. Habrá que ver
cómo se distribuye el 22% de los votos que cosechó Marina
Silva. Sin sonrojarse, la ambientalista ofreció señales de
acercamiento con Aécio. Sin embargo, la iniciativa es de
Dilma, quien frente a todos los pronósticos sembrados por el
enemigo, capeó una campaña verdaderamente adversa para
finalmente consagrarse con contundencia. ¿La fórmula?
Pararse en las enormes conquistas, en lo hecho, en lo que
está por hacerse, y en los riesgos que implicaría para el
Brasil volver a caer en el oscurantismo neoliberal. Ahora, a
consolidar la cuarta victoria del pueblo hermano.
Los comunistas al frente de Maranhão
En un hecho sin precedentes en la historia de Brasil, los
comunistas brasileros (PCdoB) gobernarán el estado
nordestino de Maranhão, poblado por casi 7 millones de
personas. El gobernador electo por el 63,5% de los votos es
el camarada Flávio Dino. Desde aquí, celebramos y saludamos
fraternalmente a nuestros compañeros del Partido Comunista
do Brasil.
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